Gerardo Diego:
vanguardismo y fidelidad
a los temas tradicionales

El autor al alcance de los lectores infantiles

Estos son los poemas seleccionados y las obras a las que pertenecen, con su fecha de publicación:

"Canción al Niño Jesús". Versos Divinos (1971).
"Y tu infancia". Hasta Siempre (1948).
"Las tres hermanas". El Romancero de la Novia (1920).
"La despedida". El Romancero de la Novia.
"Sueños". El Romancero de la Novia.
"Lluvia". Manual de Espumas (1924).
"Nocturno". Manual de Espumas.
"La cometa". Evasión (1958).

Lluvia
(Ciclo III Primaria)

Puente arriba puente abajo
la lluvia está paseando
Del río nacen mis alas
y la luz es de los pájaros

Nosotros estamos tristes
Vosotros lo estáis también
Cuándo vendrá la primavera
a patinar sobre el andén

El invierno pasa y pasa
río abajo río arriba
Le ha visto la molinera
cruzar con la cabeza pensativa

El árbol cierra su paraguas
y de mi mano nace el frío
Pájaros viejos y estrellas
se equivocan de nido

Cruza la lluvia a la otra orilla
No he de maltratarla yo
Ella acelera el molino
y regula el reloj

El sol saldrá al revés mañana
y la lluvia vacía
volará a refugiarse en la campana

Manual de Espumas.
Versos humanos.
Madrid. Editorial Cátedra, 1995.
Colección Letras Hispánicas,
núm. 245, p. 118.

"Lluvia" es uno de los poemas más emblemáticos del espléndido Manual de espumas de Gerardo Diego, un libro en el que el poeta santanderino "se distancia de la realidad aparente y construye palabras en imágenes válidas porque establecen en sí mismas una red compleja de sugerencias sin referentes inmediatos y cuyo punto de partida es un estado de ánimo, la exigencia de proyectar sentimientos, emociones imprecisas, sueños que se entrecruzan en la página en blanco determinando sus propios ecos, sus propias resonancias, porque surgen con su entidad propia [...] que si refleja un control intelectual evidencia, asimismo, una aguda sensibilidad".

Estas atinadas palabras de Milagros Arizmendi son el pórtico de entrada perfecto para penetrar con todas las garantías de disfrute intelectual y emotivo en Manual de espumas, porque nos ayudarán a digerir tal cantidad de imágenes poéticas y a entenderlas dentro de la línea creacionista de Gerardo Diego.

Hemos seleccionado "Lluvia" a sabiendas de que es una composición poética compleja. Cada una de las estrofas contiene varias metáforas sugestivas y conmovedoras a cual más poética e imaginativa y eso puede parecer un impedimento para su análisis, pero debemos considerarlo como una invitación que el poeta hace al lector para que se adentre en su propia capacidad interpretativa y se lance a una "personalización comprensiva" del poema.

Si siempre nos ha parecido "peligroso" jugar a interpretar el lenguaje poético y lo hemos hecho con la humildad de quien sabe que está violando la intimidad creadora de un ser humano que desnuda su alma para regalarnos sus sentimientos, en este caso nos quitaremos ese peso de conciencia de encima e induciremos a nuestros alumnos a recoger el guante que nos lanza Diego para que parafraseen con sus mejores intuiciones.

La atmósfera que crea la lluvia una fría tarde invernal es el marco ambiental ideal para dar rienda suelta a la imaginación creadora: nuestro espíritu se llena de nostalgia y anhelamos la llegada del buen tiempo:

Nosotros estamos tristes
Vosotros lo estáis también
Cuándo vendrá la primavera
a patinar sobre el andén

La luz es tenue, grisácea y neblinosa y parece que se la llevan los pájaros, únicos seres capaces de revolcarse entre las húmedas criaturas de las nubes y de llenar el firmamento con sus cabriolas despreocupadas a pesar de que el cielo no parece estar dem uy buen humor:

Del río nacen mis alas
y la luz es de los pájaros

Los árboles esconden su traje de hojas estivales ("cierran su paraguas", ¡qué metáfora más sublime!) y se enfundan la túnica transparente del hielo; y, claro, con tanta metamorfosis, no es de extrañar que incluso los pájaros más ancianos y avezados sean incapaces de reconocer dónde está ubicado su hogar. Y las estrellas se embriagan de tal modo que se confunden de domicilio:

El árbol cierra su paraguas
y de mi mano nace el frío
Pájaros viejos y estrellas
se equivocan de nido

Y aunque la lluvia a veces nos parece molesta y llena de congoja nuestro corazón con pensamientos melancólicos, tenemos mucho que agradecerle y no es justo que la denostemos:

No he de maltratarla yo
Ella acelera el molino
y regula el reloj