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Madrid.
ROSAURA CALLEJA
Las claves
del talento (Editorial Zenith) está basado
en revolucionarios descubrimientos científicos, entre los que figura un
aislador neural, llamado mielina, que algunos neurólogos consideran el
“santo grial” de la adquisición de habilidades. Toda actividad humana,
ya sea jugar al béisbol o interpretar a Bach, proviene de una cadena de
fibras nerviosas que transmite un diminuto impulso eléctrico, básicamente
una señal, que viaja a través de un circuito. La mielina rodea esas fibras
nerviosas del mismo modo en que un aislamiento de goma envuelve un alambre
de cobre: hace que la señal sea más veloz y fuerte porque impide que se
escapen los impulsos eléctricos. Cuando encendemos nuestros circuitos
de la manera correcta (cómo cuando practicamos el swing con ese
palo de golf o tocamos esa nota), nuestra mielina responde cubriendo el
circuito neural y añadiendo, en cada nueva capa, un poco más de habilidad
y velocidad. Cuanto más gruesa sea la capa de mielina, mayor será su capacidad
de aislamiento, de manera que nuestros movimientos y pensamientos se volverán
más veloces y precisos.
La mielina,
clave para hablar, leer y desarrollar las habilidades del aprendizaje,
es importante porque es universal, todo el mundo puede cultivarla, es
indiscriminada, su crecimiento permite toda clase de habilidades, es
imperceptible pero podemos percibir su incremento sólo a través de sus
efectos aparentemente mágicos. No obstante, la mielina es fundamental,
porque nos proporciona un modelo nuevo y vívido para entender la habilidad.
“Semilleros
de talento”
Dan
Coyle revela que cuando visitaba “los semilleros
de talento”, se encontraba con profesores que tenían unas cualidades comunes:
“son una especie de atletas emocionales, capaces de situarse al nivel
del alumno y conectar de una forma emocional, utilizando el sentido del
humor, y daban a los chicos unas instrucciones muy cortas, muy claras
y muy precisas”. Según explica este periodista, los maestros concretaban
el área donde el niño estaba al límite de su habilidad y le hacían operar
en esa zona constantemente, “funcionaban como una especie de GPS e iban
guiando a los alumnos”, pero insiste en que no les dirigían “sermones”
largos y no les castigaban.
La práctica
intensa constituye uno de los elementos para desarrollar una habilidad
y Coyle encuentra en la clase de entrenamiento
de fútbol brasileño un claro ejemplo. “El hecho de esforzarte para conseguir
objetivos específicos, permitiéndote cometer errores, te vuelve más inteligente.
Unos alumnos triunfan más que otros porque practican con más intensidad
y generan más mielina”, señala.
Ignición
Pero
la práctica intensa demanda energía, pasión y compromiso, una motivación,
y esa motivación se crea a través de un proceso que Coyle
llama ignición. “La ignición y la práctica intensa trabajan juntas para
producir la habilidad, la ignición suministra la energía y la práctica
intensa convierte esa energía en progreso activo, lo que conocemos como
capas de mielina”, explica.
Para Dan Coyle
la alta calidad de la educación depende de la alta calidad de sus maestros,
por ello considera indispensable la figura del maestro instructor en el
desarrollo del talento, porque enseña algo que no se suele tener en cuenta:
“el amor hacia lo que se hace”, subraya.
Por lo que
se refiere a la formación del profesorado en este ámbito, afirma que “no
se enseña a enseñar”, que los maestros instructores son autodidactas y
que “es una pena que no hayamos encontrado una forma de sistematizar esta
enseñanza”, aunque reconoce que si hay habilidades emocionales y técnicas
que emplean que se podrían transmitir.
En opinión
de este escritor, los padres desempeñan un papel muy importante en el
desarrollo del talento, pero han de asumir que el proceso se produce entre
el niño y la habilidad. “Los padres deben elogiar el esfuerzo, no la habilidad
que el niño demuestre” y hace hincapié en que no se aplauda que es brillante,
sino qué bien ha trabajado, además de insistir en que “sin esfuerzo, no
se llega al éxito”.
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“La práctica
intensa, la ignición y el maestro instructor constituyen herramientas
para desarrollar una habilidad” |
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“La alta
calidad de la educación depende de la alta calidad de los profesores” |
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