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Madrid.
El Real
Decreto 432/2008 de Presidencia de Gobierno, publicado en el “Boletín
Oficial del Estado” de fecha 14 de abril, por el que se reestructuran
los departamentos ministeriales, establece en su artículo 17 la creación
del Ministerio de Ciencia e Innovación, al que corresponde, según se especifica
en el citado real decreto “la propuesta y ejecución de la política del
Gobierno en materia de universidades, investigación científica, desarrollo
tecnológico e innovación en todos los sectores, así como la coordinación
de los organismos públicos de investigación de titularidad estatal”.
Este nuevo
departamento se estructura en dos órganos superiores: la Secretaría de
Estado de Universidades y la Secretaría de Estado de Investigación.
Hasta la creación
del Ministerio de Ciencia e Innovación, y en el ámbito competencial y
estructural del Ministerio de Educación y Ciencia, existía la Secretaría
de Estado de Universidades e Investigación, cuyo cargo desempeñaba Miguel
Ángel Quintanilla.
Al frente del
Ministerio de Ciencia e Innovación ha sido nombrada Cristina Garmendia,
doctora en Biología Molecular. La nueva ministra nació en San Sebastián
en 1962 y con 18 años se trasladó a Sevilla, donde cursó la carrera de
Biología, en la especialidad de Genética. Posteriormente se trasladó a
Madrid, donde compaginó sus estudios de doctorado en el Centro de Biología
Molecular Severo Ochoa (Consejo Superior de Investigaciones Científicas),
con labores de profesora ayudante del Departamento de Genética y Biología
Molecular de la Universidad Autónoma de Madrid, adscrito al mismo centro.
En 1992 realizó
el Master of Business Administration Executive en en el IESE (Universidad
de Navarra), momento en el que asumió distintas responsabilidades en el
área de Desarrollo de Negocio del Grupo Amasúa, en el que ocupó la vicepresidencia
ejecutiva y la dirección financiera.
En 2001 abandonó
su cargo en el Grupo Amasúa para crear la compañía Genetrix, en la que
ocupa los cargos de presidenta y consejera delegada. Además, ha promovido
otros proyectos empresariales, como Cellerix, Biotherapix, Sensia, Imbiosis,
Biobide, BioAlma y Coretherapix, de la que fue presidenta y consejera
delegada.
Actualmente,
ocupa también la presidencia de la Fundación Inbiomed, centro de investigación
sin ánimo de lucro dedicado a la transferencia de tecnologías y servicios
de investigación en el campo de la Medicina Regenerativa. Asimismo, pertenece
al Comité Asesor del Banco de Sangre y Tejidos de Barcelona y forma parte
de la Junta Directiva de la Asociación de Pacientes de Epidermolisis Bullosa.
El Ministerio
de Ciencia e Innovación ha hecho públicos sendos reales decretos, recogidos
en el “Boletín Oficial del Estado” de fecha 22 de abril, por los que se
nombra, respectivamente, secretario de Estado de Universidades a Márius
Rubiralta i Alcañiz, rector de la Universidad de Barcelona; secretario
General de Política Científica y Tecnológica a José Manuel Fernández de
Labastida y del Olmo, y subsecretaria de Ciencia e Innovación a María
Teresa Gómez Condado.
La
CRUE ante la reestructuración
Por
otra parte, la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas
(CRUE) se ha mostrado “un poco inquieta” por una eventual “brecha” entre
la educación superior y los niveles no universitarios, especialmente la
Secundaria, a la vista de la reestructuración ministerial del Gobierno.
En declaraciones
efectuadas a la Agencia EFE, el presidente de la CRUE y rector de la Universidad
Autónoma de Madrid, Ángel Gabilondo, se ha mostrado satisfecho “en parte”
por el hecho de que la Universidad no quede al margen de la ciencia, la
investigación y la transferencia de conocimiento a la sociedad, ya que
se ha creado el Ministerio de Ciencia y Tecnología del que forma parte
la Secretaría de Estado de Universidades.
Simultáneamente,
ha reclamado “coordinación” entre este nuevo ministerio y el Ministerio
de Educación, Política Social y Deporte, que antes gestionaba también
Universidades y Ciencia, para que “la Universidad no quede al margen de
los procesos educativos”.
“Sería un mal
mensaje a la sociedad –precisó el presidente de la CRUE que se abre una
fuerte brecha entre la Educación Secundaria y la superior, que la educación
acaba a los dieciocho años, sino que es a lo largo de toda la vida, así
que la Universidad deber concebirse dentro del proceso integral de la
educación”.
Gabilondo cree
que se ha tomado la “opción de dividir las competencias educativas en
dos departamentos”, pero está de acuerdo con que las universidades estén
vinculadas a la investigación, la innovación y la transferencia de sus
resultados al sistema productivo.
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