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Madrid.
El secretario
general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Juan Antonio Martínez Camino, ofreció una rueda de prensa para informar de los
trabajos de dicha reunión de la Comisión Permanente de la CEE, en la que,
tras dar a conocer la declaración emitida al final de la misma, reiteró
“su esperanza” de que la Conferencia Episcopal “no se verá obligada a
emprender acciones legales para regular el estatuto jurídico de los profesores
de Religión en la LOE, conforme a los Acuerdos con el Estado”, y ante
tal posibilidad aseguró que “todavía hay tiempo, ya que el real decreto
que desarrolla esta cuestión es aún un borrador y, por lo tanto, pueden
alcanzarse acuerdos”.
Martínez Camino
indicó asimismo que, tras la reciente sentencia emitida por el Tribunal
Constitucional, “esperamos que se contribuya a estos acuerdos, y se logre
la completa seguridad de que la autoridad de la Iglesia puede garantizar
a los padres la idoneidad de los profesores de Religión para impartir
esta asignatura a quienes voluntariamente la soliciten”, y respecto a
la asignatura de Educación para la Ciudadanía, que comenzará a impartirse
en el próximo curso escolar, afirmó que la objeción de conciencia “es
un medio legítimo”, y que los padres “harán muy bien” en recurrir a ella
para defender “su derecho a elegir la educación que quieren para sus hijos”.
Los obispos
miembros de la Comisión Permanente de la CEE entienden que “vivimos un
momento decisivo para el futuro de la educación”, y presentan en la declaración
una valoración detenida de la LOE y los Reales Decretos que la desarrollan.
Cuatro
epígrafes
El
documento se estructura en cuatro epígrafes principales: “La enseñanza
de la Religión católica”, “El profesorado de Religión católica”, “La Educación
para la Ciudadanía” y “Las libertades de enseñanza y de elección
de centro educativo”.En el documento se precisa que “la Comisión Mixta
Iglesia-Estado se ha reunido cuatro veces a lo largo del año 2006 para
hablar sobre los Reales Decretos que habrían de desarrollar las Disposiciones
adicionales de la LOE tocantes al estatuto de la enseñanza y al del profesorado
de Religión católica. En esta fase, las autoridades gubernamentales han
hecho un esfuerzo de diálogo y aproximación que agradecemos. Sin embargo,
no se ha llegado a unos Decretos que podamos valorar como satisfactorios.
La enseñanza de la Religión no es regulada de modo que queden a salvo
los derechos de todas las partes implicadas. Es lo que ahora, una vez
publicados ya casi todos los Decretos, queremos comunicar a la opinión
pública. Además deseamos valorar también otros aspectos de la LOE y de
su desarrollo administrativo que estimamos que vulneran los derechos que
asisten a los padres en la educación de sus hijos, tanto en el campo de
la determinación de la educación moral que deseen para ellos, como en
el de la libre elección de centro educativo”.
En una nota
informativa se señala que, con respecto a la enseñanza de la religión,
los obispos consideran que, en la Ley y en los Reales Decretos que la
desarrollan, “carece de la seriedad académica que reclama el derecho de
quienes la solicitan libremente, es decir, cerca del 80% de los padres”,
y en texto se precisa que “contrariamente a lo que se estipula en los
Acuerdos Iglesia-Estado, en la LOE esta enseñanza no es tratada como equiparable
a una asignatura fundamental”.
A este respecto,
en el citado documento se argumenta que “la Ley introduce una nueva regulación
del profesorado de Religión que no responde satisfactoriamente ni a los
compromisos adquiridos por el Estado con la Iglesia Católica, ni a la
jurisprudencia sobre la materia. Se asimila la situación legal de los
profesores de Religión en las escuelas estatales a las formas contractuales
generales reguladas por el Estatuto de los Trabajadores, no reconociendo
suficientemente el carácter específico de su trabajo, derivado de la misión
canónica que les encomienda la enseñanza de la religión y moral católica”.
Educación
para la Ciudadanía
En
la nota informativa de la CEE sobre el documento elaborado por los obispos
se afirma que la nueva asignatura de Educación
para la Ciudadanía es una formación estatal obligatoria
de las conciencias, y se precisa que si el texto de la Ley dejaba algún
margen para la duda, los decretos que la desarrollan establecen expresamente
que dichas enseñanzas pretenden formar, con carácter obligatorio, “la
conciencia moral cívica” de todos los alumnos en todos los centros.
“La autoridad
pública no puede imponer ninguna moral a todos: ni la supuestamente mayoritaria,
ni la católica, ni ninguna otra”, se señala en el documento, y a este
respecto se significa que “esta Educación
para la Ciudadanía de la LOE es inaceptable en la forma y
en el fondo: en la forma, porque impone legalmente a todos una antropología
que sólo algunos comparten y, en el fondo, porque sus contenidos son perjudiciales
para el desarrollo integral de la persona. Por todo ello, esta nueva asignatura
reclama una actuación responsable y comprometida por parte de los padres
y de los centros educativos”.
En este sentido,
en el documento se señala que “los padres harán muy bien en defender con
todos los medios legítimos a su alcance el derecho que les asiste de ser
ellos quienes determinen la educación moral que desean para sus hijos.
Los centros católicos de enseñanza, si admiten en su programación los
contenidos previstos en los Reales Decretos, entrarán en contradicción
con su carácter propio, informado por la moral católica. El Estado no
puede obligarles a hacerlo, si no es vulnerando el derecho a la libertad
de enseñanza y a la libertad religiosa”.
Por otra parte,
más de treinta asociaciones se han unido para “animar a los padres y a
los alumnos a ejercer la objeción de conciencia frente a la asignatura
de Educación para la Ciudadanía”, por considerar que ésta pretende “adoctrinar
a los escolares”. Entre estas asociaciones figuran el Foro de la Familia,
la Confederación Nacional Católica de Padres (CONCAPA), la patronal de
centros educativos CECE, la Asociación de Profesores de Secundaria y la
organización estudiantil Novillada.org .
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