|
|
2005
“para aumentar las partidas presupuestarias de Ciencia y Tecnología en
46 millones de euros más”, cantidad que se añade al incremento de 90 millones
de euros en la partida del MEC destinada a Investigación, Desarrollo e
Innovación, ya contemplado en el anteproyecto de los presupuestos remitido
por el Gobierno al Congreso de los Diputados.
El Ministerio
de Educación y Ciencia, a través de la Fundación Española para la Ciencia
y la Tecnología (FECYT), promueve anualmente la Semana de la Ciencia y
la Tecnología. Esta iniciativa tiene como objetivos que el gran público
conozca los últimos avances y principales líneas de investigación que
los científicos están desarrollando, propiciar el acceso a los espacios
donde se trabaja con la ciencia y amplificar la difusión de los resultados
de la investigación estimulando el interés por el saber científico. Su
desarrollo corre a cargo de las Comunidades Autónomas que, entre los días
2 y 14 de noviembre, llevaron a cabo más de 2.000 actividades divulgativas,
organizadas por cerca de un millar de entidades tanto públicas como privadas.
La Semana
de la Ciencia y la Tecnología se celebra en el marco de la Semana Europea
de la Ciencia y la Tecnología, donde la Unión Europea y los Estados miembros
(representando a ministerios, CC.AA., ayuntamientos, asociaciones ciudadanas
y científicas, ONGs, universidades, colegios profesionales, empresas,
etc.) comparten experiencias, demostraciones y conocimientos.
Las actividades
programadas han sido muy variadas, e incluían exposiciones y actividades
en museos y centros especializados, jornadas de puertas abiertas, concursos,
ferias, conferencias, publicaciones especiales, páginas web, etc con el
objetivo de que sean percibidas como algo lúdico y festivo sin perder
el necesario rigor científico.
En esta edición,
el MEC ha financiado 50 proyectos de difusión y divulgación, por un montante
superior a 1.300.000 euros. El espectro de las entidades adjudicatarias
de estas ayudas es muy amplio, e incluye universidades, organismos públicos
de investigación, centros tecnológicos, instituciones autonómicas y locales,
fundaciones y sociedades científicas de casi todas las Comunidades Autónomas.
En esta edición
se ha dedicado un apartado especial a conmemorar el bicentenario de la
invención del telégrafo eléctrico con pila de Volta por el científico
Francisco Salvà y Campillo.
La
Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología ha organizado en esta
edición un concurso de meteorología dirigido a centros educativos de segundo
ciclo de Secundaria y Bachillerato de toda España. El objeto del concurso
es que estos alumnos se convirtieran durante cinco días en “hombres y
mujeres del tiempo” de sus localidades de residencia. Con las mediciones
recogidas a diario por los participantes, la FECYT creó un mapa interactivo
de España en la página web de la Semana de la Ciencia, en el que podían
consultarse los datos meteorológicos de las zonas donde estén ubicados
los centros que toman parte en el concurso.
Así
ven los españoles la ciencia
Con
motivo de la celebración de la Semana de la Ciencia y la Tecnología se
presentan los resultados de las Encuestas Nacionales sobre Percepción
y Actitudes Sociales hacia la Ciencia y la Tecnología, datos con los que
se pretende conocer la imagen que los ciudadanos españoles tienen de estas
disciplinas.
Según las conclusiones de este estudio, por un lado, pese a que impera la opinión
de que la investigación científica y tecnológica debería tratarse sólo
de una prioridad más entre otras del Gobierno (el 45% de los entrevistados
así lo afirma), resulta significativo que otro tercio de los españoles
entrevistados (33%) crea que debería ser una de las principales prioridades
del Ejecutivo. Por otro lado, y aunque una proporción significativa de
personas no posea suficientes elementos de juicio como para valorar la
dotación presupuestaria que actualmente se dedica a este tipo de investigación,
parece imponerse nuevamente la idea de que dichos recursos son escasos,
tanto en las cuentas del Gobierno central (48% vs. 10%) como en las de
los Ejecutivos Autonómicos (49% vs. 9%).
La encuesta aporta otro dato que viene a confirmar la anterior valoración: existe
un amplio respaldo a la idea de aumentar los mencionados recursos públicos
en los próximos años (6 de cada 10 españoles consultados).
Nuevamente
la investigación encargada por la FECYT y realizada por TNS-Demoscopia
entre los pasados días 20 de septiembre y 15 de octubre, tenía como principal
objetivo el de conocer la forma en que la sociedad española percibe los
ámbitos de la Ciencia y la Tecnología. Se trataba una vez más de delimitar
el marco en el que los españoles construyen sus opiniones en esos dos
ámbitos.
Confirmándose
en buena medida el escenario de 2002, los actuales resultados siguen demostrando
que la sociedad española tiene una imagen ciertamente positiva de la Ciencia
y la Tecnología, construida desde una base cierta de curiosidad (limitada
eso sí) hacia lo científico y lo tecnológico, que, sin embargo, no se
corresponde con la información y la formación que los ciudadanos creen
poseer y recibir en este ámbito.
Esos déficits
de información y conocimiento que admite la población siguen condicionando,
de alguna forma, la existencia aún de antiguos estereotipos de
imagen, algunos de ellos negativos, lo que no impide, empero, que se valoren
de manera claramente favorable las contribuciones realizadas por la Ciencia
y la Tecnología, y de sus profesionales, a nuestras sociedades.
Los
médicos, los más valorados
En
los resultados de la encuesta se comprueba asimismo que médicos (4,23
puntos, entre 1 y 5 de valoración) y científicos (4,01) son los grupos
profesionales que, según los encuestados, más contribuirían al bienestar
de las sociedades, por delante de profesores (3,84), ingenieros (3,81),
informáticos (3,62), deportistas, jueces, abogados, periodistas o, por
ejemplo, empresarios (con puntuaciones entre los 3,5 y los 3,2 puntos).
De hecho,
médicos y científicos (85-87%) son, además, las que mayor nivel de confianza
inspiran a los ciudadanos a la hora de tratar cuestiones relacionadas
con la Ciencia y la Tecnología.
Los ciudadanos
asocian Ciencia y Tecnología sobre todo a los valores del progreso (4,14),
bienestar (3,85), poder (3,78) y eficacia (3,71), e incluso también
a la riqueza (3,57); si bien reconocen a la vez que ambas disciplinas
van asociadas de alguna forma a riesgos (3,56), dependencia (3,48), desigualdad
(3,42), elitismo (3,34) e, incluso, deshumanización (3,21), entre otros
valores negativos.
Esta visión más favorable que desfavorable, pero con claroscuros, encaja con
el hecho de que los ciudadanos admitan y valoren los logros y posibilidades
de la Ciencia y la Tecnología (por ayudar a curar enfermedades, porque
con ellas nuestra vida será más sana, fácil y cómoda, y por ofrecer el
mejor y más fiable conocimiento sobre el mundo,..) pero, a la vez, sean
conscientes, y de alguna forma reconozcan, los efectos negativos de esos
avances (para el medio ambiente, por la pérdida de puestos de trabajo
y, sobre todo, por el aumento de las diferencias entre países pobres y
ricos).
A pesar de estas críticas, los ciudadanos entrevistados siguen reconociendo
que el balance de la Ciencia y la Tecnología es más positivo que negativo
(cerca de la mitad de las personas opinan que, teniendo en cuenta todos
los aspectos, sus beneficios son mayores que sus perjuicios, frente a
un tercio que mantiene lo contrario).
Siempre según la visión de los consultados, los trasplantes de órganos y las
telecomunicaciones son, con claridad, los dos campos del avance tecnológico
que más han contribuido a mejorar la calidad de vida en nuestras sociedades
(puntuaciones de 4,55 y 4,46 puntos en una escala de 1 a 5). Un segundo
grupo de campos también muy bien valorados al respecto lo constituyen
las energías renovables (4,27), los ordenadores y la informática (4,22),
junto con la fecundación in vitro (4,02). Aunque por debajo, las áreas
de la ingeniería genética (3,9), la biotecnología (3,78), la robótica
industrial (3,71) e, incluso, la innovación en sistemas de seguridad (3,47)
también parecen estar jugando un papel importante.
Control
social
De
los resultados del estudio parece deducirse que los ciudadanos dan un
voto de confianza al mundo de la Ciencia y la Tecnología pero desde el
necesario control social, desde la inevitable cautela que impone la protección
de la integridad de personas y medio ambiente.
Así, en general, los consultados admiten que las decisiones sobre la Ciencia
y la Tecnología es mejor dejarlas en manos de los expertos (índice de
acuerdos de 4,13 puntos sobre 5) , pero, a la vez, reconocen la importancia
de los valores y las actitudes sociales (3,79), tan importantes como el
conocimiento científico, y el forzoso control que se debería tener sobre
las nuevas tecnologías (4,2), de consecuencias todavía no suficientemente
conocidas; y ello ante el hecho, también de alguna forma admitido, de
que los científicos pueden estar sometidos a la influencia de quienes
pagan sus investigaciones (3,66).
En este
contexto general, una amplia mayoría de los ciudadanos consultados (2
de cada 3) reconoce que durante su etapa escolar recibió un bajo o muy
bajo nivel de educación científica y técnica.
Los datos anteriores,
que podrían entenderse como la plasmación del déficit en la atención que,
especialmente en el pasado, ha prestado la escuela a este conocimiento,
cobran más relieve si cabe al comprobar que (de acuerdo a la opinión dominante)
un mayor conocimiento científico y técnico puede mejorar la capacidad
de las personas a la hora de decidir cosas importantes en sus vidas, siempre
o casi siempre (32%), o al menos en ciertas ocasiones (47%).
Los ciudadanos
aprecian hoy un avance claro en los estándares de desarrollo alcanzados
por España en estos dos ámbitos durante los últimos años: cerca de 4 de
cada 10 entrevistados creen que el actual nivel de desarrollo científico
y tecnológico de nuestro país es bueno o muy bueno, frente a una quinta
parte que mantiene lo contrario.
No obstante,
este desarrollo no nos permite aún medirnos en igualdad de condiciones
con otras potencias tradicionalmente más avanzadas que España en este
terreno, especialmente frente a los EE.UU (en este caso, son 3 de cada
4 los que reconocen la desventaja).
Atención
y dotación prioritarias
Con
respecto a la atención y dotación de recursos económicos destinados a
investigación científica y tecnológica en nuestro país, los resultados
de la encuesta en este punto muestran nuevamente, como hace dos años,
un escenario algo contradictorio.
Pasando del
sector público al privado, son claramente más los españoles que opinan
que, frente a las de otros países, nuestras empresas realizan un esfuerzo
económico bajo o muy bajo (39% vs. 13% que opina lo contrario).
Desde la visión
que de ello tienen los ciudadanos, se han analizado también los distintos
grados de atención que se presta a la investigación científica y tecnológica
desde tres diferentes ámbitos: el hospitalario, el universitario y el
de los organismos de investigación estatales. El balance de las opiniones
emitidas al respecto (la diferencia entre los que hablan de atención muy
o bastante alta y los que la califican de muy o bastante baja) es sólo
ligeramente positiva en el caso de los hospitales (31% vs. 28%)
y las universidades (28% vs. 25%), y de signo claramente negativo en el
de los organismos de investigación del Estado (18% vs. 33%).
De forma más
concreta, los ciudadanos desearían que los esfuerzos investigadores se
orientaran, sobre todo, a:
-En Salud,
la búsqueda de soluciones al cáncer (77%), y también del SIDA (47%) y
enfermedades degenerativas (35%).
-En Medio Ambiente, tratamiento y gestión de residuos
(48%) y desarrollo de energías renovables (40%), con alusiones también
significativas a temas como las catástrofes y riesgos naturales (30%)
y el efecto invernadero (23%).
-En Sociedad, especialmente orientados al tema de la violencia y el terrorismo
(50%), pero también hacia la situación de la mujer (29%), los nuevos métodos
de enseñanza (25%), las condiciones laborales (23%) e, incluso, la cooperación
técnica con países pobres (19%) y el urbanismo/calidad de vida (16%).
|
|