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Madrid. R.C.
El Informe
de Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD) dedica la edición correspondiente al presente año 2004 a “La libertad
cultural en el mundo diverso de hoy”. La clasificación mundial que publica
el PNUD evalúa el avance económico, social y cultural de países con desarrollo
humano alto, medio y bajo.
Para
Mark Malloch Brown, administrador del PNUD, el desarrollo humano abarca
desde la protección de los derechos humanos hasta el fortalecimiento de
la democracia y se trata tanto de un asunto político como económico.
En el
apartado de gasto público en educación, España ocupa el puesto 20, situándose
en los primeros lugares Noruega, Suecia, Australia, Canadá y Países Bajos.
La inversión en nuestro país se ha mantenido en los últimos años y alcanza
el 4,4% del PIB. En cuanto a la tasa de alfabetización, en adultos era
del 96,3% en 1990 y del 99,6% en jóvenes de 15 a 24 años el mismo año.
Mientras que el Primaria se alcanza el 100% de matriculación, en Secundaria
la tasa neta era del 94% en el curso 2001-02.
Hispanoparlantes
Según
recoge este informe, en los últimos años las carencias educativas han
tenido un impacto negativo en los países latinoamericanos, por lo que
algunos han descendido en la clasificación mundial del PNUD. Argentina
encabeza la lista, ocupando el puesto 34, seguido de Chile que se sitúa
en el 43, Costa Rica, el 45, Uruguay el 46 y Cuba el 52, mientras que
México se sitúa en el 53 y Panamá en el 61.
Perú
pasa del puesto 82 al 85 y este declive se debe a una caída en la tasa
de alfabetización de los mayores de 15 años, que pasa del 90,2% en 2001
al 85% en 2002. Otro de los motivos de este descenso es el aumento de
la población que vive en la extrema pobreza.
Por
su parte, Ecuador desciende tres puestos en esta clasificación, ocupando
el lugar 110. Hace 14 años, este país dedicaba el 2,8% de su PIB a la
educación, pero en 2001, la inversión fue del 1%. Bolivia con el puesto
114 mantiene su posición del año pasado.
Integración
De
este informe se desprende que los bajos logros educacionales siguen siendo
un importante motivo de exclusión para los inmigrantes, grupos étnicos
y los pueblos indígenas. En este sentido, ofrecer una educación bilingüe
no sólo es un reconocimiento de sus tradiciones culturales, sino que fortalece
el aprendizaje y reduce la disparidad educacional. La experiencia de muchos
países muestra que la educación bilingüe, que combina la instrucción en
lengua materna con la enseñanza en la lengua nacional dominante abre oportunidades
de todo tipo. En Canadá, que ocupa el 4º lugar en gasto educativo en esta
clasificación mundial, los estudiantes de la mayoría angloparlante en
programas de inmersión superaron a sus iguales de programas tradicionales
de enseñanza en la segunda lengua (francés).
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