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Madrid. MARGARITA GIRON
Los
titulares de Educación de los veinticinco países trataron también la posibilidad
de establecer una clasificación de las universidades europeas en función
de sus programas, para facilitar el acceso a la información de los estudiantes
interesados. Sin embargo, todavía queda mucho camino que recorrer en este
punto hasta llegar a un acuerdo, según explicaron a la Agencia Efe fuentes
de la delegación española, que encabezaba la ministra de Educación, María
Jesús San Segundo.
Sobre
el programa Erasmus de intercambios universitarios en la UE, los titulares
europeos de Educación han analizado la posibilidad de mejorar su calidad
mediante el aumento de la dotación de las becas o de preparación lingüística.
En
la actualidad, los sistemas de distribución de becas son distintos en
cada país, y en el caso de España se opta por conceder el mayor número
de becas posible con una dotación limitada, frente al ejemplo de Alemania,
que asigna un número inferior, pero mejor remuneradas.
La
Comisión Europea ha propuesto aumentar los presupuestos destinados a este
programa, que en el 2002 rozaba los 190 millones de euros por curso. Este
incremento llevará aparejado el aumento de las contribuciones de los países
al programa, así como una adecuada preparación lingüística para el aprovechamiento
óptimo de las estancias, que permita superar las lagunas en este ámbito.
Reciente
incorporación
De
esta manera los estudiantes de los países recién incorporados a la UE
contarían con los recursos suficientes, puesto que sus becas nacionales
no siempre garantizan la cobertura de los gastos de estancia.
Las
sugerencias tratadas en este encuentro servirán de base para el Consejo
de Educación que se celebrará el próximo noviembre en Bruselas, en el
que los ministros adoptarán un plan de trabajo en este ámbito. Durante
la presidencia holandesa se va a comenzar a negociar la nueva generación
de programas educativos, Comenius, Erasmus Mundus y Leonardo.
El
objetivo del Ejecutivo comunitario es aumentar en el año 2010 hasta tres
millones el número de universitarios que se pueden beneficiar desde su
segundo curso de carrera de las becas Erasmus. De las 3.000 becas que
se concedieron en 1987 a estudiantes de 11 países se ha pasado en el año
2002 a 120.000 universitarios de 30 Estados europeos.
Símbolos
comunes
Por
otra parte, los ministros han debatido también cómo crear un proyecto
cultural común que despierte el interés por Europa y ayude a vencer la
indiferencia hacia las instituciones que los ciudadanos expresaron en
las pasadas elecciones al Parlamento Europeo.
“La
educación y la cultura son esenciales para crecer en una Europa donde
los ciudadanos tengan elementos de identificación, lo que tiene que ver
con emociones, con símbolos, con rituales”, dijo en rueda de prensa la
ministra holandesa de Educación y Cultura, María van der Hoeven. Para
la ministra, la identidad se construye con “símbolos muy simples”, como
por ejemplo la bandera europea, “que no sustituye a la nacional, sino
que la complementa o la idea de un día de Europa, que se sume a las fiestas
nacionales, pero a escala europea”.
Los
ministros son conscientes de que Europa tiene “un valor añadido” que complementa
las identidades nacionales y regionales, aunque coinciden en que todavía
hay que definirlo.
En
este sentido, la comisaria europea de Cultura, Viviane Reding, consideró
que “no se puede construir una comunidad sin referencias a un pasado común
y un futuro compartido”. Los titulares de Educación y Cultura opinan que
una de las mayores riquezas de Europa es su diversidad cultural, que podría
servir de base para la construcción de una identidad común.
Agenda
cultural europea
Para
terminar con la indiferencia de los ciudadanos, Holanda propone acciones
concretas, empezando por el establecimiento de una agenda cultural europea
y la aprobación de un nuevo plan de trabajo en el ámbito de la Educación
y la Cultura para el período 2005/2006.
Además
la presidencia europea propone al resto de los Estados miembros la eliminación
de los obstáculos a la movilidad de las colecciones de arte y de los artistas
dentro de la UE, y sobre todo de las barreras fiscales que entorpecen
la circulación, como el doble pago de impuestos.
Otro
de los retos planteados consiste en estudiar cómo la creatividad contribuiría
a lograr los objetivos de la agenda de Lisboa, que pretende convertir
a la UE de aquí al 2010 en la economía basada en el conocimiento más competitiva
del mundo.
Además,
la presidencia quiere avanzar en el proceso de digitalización de la herencia
cultural europea ya iniciado por los Estados miembros, centrándose ahora
en la accesibilidad de la información a los ciudadanos.
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