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Madrid.
España
ha avanzado desde el puesto 21º hasta el 19º en la lista del Índice de
Desarrollo Humano (IDH), que cada año elabora el Fondo de Naciones Unidas
para el Desarrollo (PNUD) en su Informe sobre Desarrollo Humano, presentado
en Madrid el pasado día 8 de julio. El Índice de Desarrollo Humano, según
informa Europa Press, mide los datos y progresos de 173 países en factores
como esperanza de vida, nivel educacional, ingresos económicos reales,
salud, etc.
Respecto a los datos proporcionados en el informe del pasado año,
España ha superado a Italia y Nueva Zelanda en la lista del IDH, y sigue
por debajo de países como Francia, Alemania, Finlandia, Austria o Luxemburgo.
En el primer puesto de la lista del IDH 2003 se mantiene, como el pasado
año, Noruega, seguida de Islandia, Suecia y Australia. En el año 2002,
tras Noruega figuraban, en este orden, Suecia, Canadá y Bélgica.
En el final de la lista, al igual que en el pasado año, Sierra Leona y
Níger ocupan el último y penúltimo puesto, respectivamente, precedidos
por Burkina Faso y Malí, países que han desplazado a Burundi y Mozambique.
Casi todos los países de “desarrollo humano bajo” pertenecen al África
Subsahariana, puesto que 30 de los 34 países de la parte inferior de la
lista del IDH son de esta zona, y las previsiones de los expertos aseguran
que, de continuar la presente situación sin prestar atenciones adicionales,
“estos países no alcanzarán un nivel mínimo y aceptable de desarrollo
humano hasta el año 2147”.
Aumento
de la pobreza
En
general, según se precisa en el informe, la pobreza aumentó considerablemente
en la década de los noventa, y 21 países, en su mayoría del África Subsahariana,
experimentaron en ese período un retroceso en su desarrollo. La mejora
detectada en el nivel mundial de pobreza experimentado en los últimos
años se debe, según se precisa en el informe, al desarrollado alcanzado
en China e India, y exceptuado a estos dos países, los más populosos del
planeta, el índice general del nivel de pobreza ha experimentado una fuerte
caída.
El hambre azota a 19 países, en los que más de una persona de cada
cuatro pasa hambre, y el índice de mortalidad infantil por hambre se ha
elevado considerablemente.
Los datos sobre la situación en “países de alta prioridad” reflejan un
importante recrudecimiento de enfermedades como el sida, que afecta a
un 20% de la población en algunos países africanos, y la diarrea, que
aparece como una de las principales causas de mortalidad infantil. En
el informe se precisa a este respecto que “en los años 90 murieron más
niños por diarrea que personas perecidas por conflictos armados desde
el final de la Segunda Guerra Mundial”.
El agua es otro de los graves problemas mundiales, y en nueve países una
de cada cuatro personas no tiene acceso a agua potable, “y la situación
tiende a empeorar”.
Uno de los datos positivos proporcionados por el informe es que en los
últimos 30 años el analfabetismo se ha reducido en el mundo en casi la
mitad, y es ahora de un 25%.
Por otra parte, España país presenta avances y mejoras en aspectos y factores
tales como reducción de la pobreza, situación social de la mujer y expectativa
de vida, actualmente situada en 79 años (sexto lugar).
Objetivos
del milenio
La
solución a tantos problemas y en tantas zonas del planeta pasa, según
señaló Álvaro Umaña, miembro de la Oficina para Políticas de Desarrollo
del PNUD, “por el cumplimiento por parte de los países desarrollados de
los Objetivos de Desarrollo del Milenio, ofreciendo ayudas económicas
y reduciendo las barreras de la importación y las deudas de los países
más pobres”.
Los países miembros de la ONU se comprometieron en el año 2000
a cumplir, antes del año 2015, ocho grandes objetivos para mejorar la
situación mundial: erradicación de la pobreza extrema y el hambre, aumentando
los ingresos; alcanzar la educación primaria universal, con igualdad entre
los sexos; lograr la autonomía de la mujer; reducir la mortalidad infantil
en dos terceras partes, y la mortalidad materna en tres cuartas partes;
combatir el sida y otras enfermedades; garantizar la sostenibilidad del
medio ambiente, y fomentar la asociación mundial del desarrollo.
El PNUD aboga por “crear un debate en cada país para reflexionar sobre
estos datos y sobre las posibles soluciones”.
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