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de "Nivelación para la excelencia", suscrito entre Compensar
y la Secretaría de Educación de Bogotá, hemos trabajado
en grandes brechas de la educación básica primaria. Muchas
son las que aparecen, entre otras: un bajo rendimiento académico
de los alumnos, dificultades en la comunicación entre los docentes,
escuelas ubicadas en zonas de alto riesgo y con altos índices de
inseguridad, etc..
Bajo este complejo
referente, donde algunas veces el trabajo se ve entorpecido por factores
que nos desbordan, se ha venido realizando un ejercicio de acompañamiento
a las instituciones y docentes de las mismas. Son estas condiciones –bajo
rendimiento, clima laboral, inseguridad– las que en un momento dado bloquean
la gestión, y al mismo tiempo se constituyen en las situaciones
que nos obligan a pensar de una manera diferente la idea de formar docentes
en el distrito.
Antes que nada,
planteemos sucintamente lo que hemos hecho en las instituciones. Al principio
del acompañamiento iniciamos con talleres de lenguaje, sobre todo
en las áreas de escritura y lectura, al igual que talleres de matemáticas.
A su vez, en el ámbito de los proyectos institucionales hemos venido
trabajando la integración de las áreas, cuestión
surgida en programas realizados anteriormente por el CINEP e IDEP (1999):
"El saber tiene sentido".
Es precisamente
esta triangulación (lenguaje, matemáticas y proyectos) la
que ha permitido hacer una gran conexión de postulados, ideas e
intuiciones. Gracias a este transcurrir surge un ejercicio de conceptualización
en donde aparece –y no antes– el término de "Desarrollo de
Habilidades Problémicas" como base del acompañamiento
realizado hasta el momento.
De
la palabra problema
Antes
de continuar con el recorrido sobre las habilidades problémicas,
hagamos un rodeo por las diversas concepciones que se tienen sobre el
término "problema". Por un lado, encontramos que la palabra
en cuestión se refiere cotidianamente a las dificultades por las
que se atraviesa. Por otro lado, la palabra "problema" se encuentra
relacionada con el campo semántico del razonamiento. Es decir,
cuando se plantea un "problema", obviamente incluido en un contexto
educativo, muchas personas entenderán la acepción de "conjunto
de razonamientos encaminados a obtener resultados a partir de datos conocidos"
(1). Esta definición es muy conocida en el medio matemático,
ya que define y estructura lógica y prepositivamente una serie
de datos conocidos, los que unidos hacen una formulación o enunciado
problémico.
La última
acepción de la palabra "problema" es la de la idea. Este
referente es el que permite hablar de un problema como una cuestión,
un planteamiento o un caso. Esta definición está más
alejada de la vida cotidiana pero es sin lugar a dudas el mejor exponente
de lo que queremos decir al momento de remitirnos al desarrollo de
las habilidades problémicas. Valga la ocasión para indicarlo,
la palabra "problémica" no existe y es producto de la
reflexión de un grupo de profesionales, pero también es
preciso recordar que las palabras pueden ser inventadas, como lo hace
cada uno al reinventar el castellano cada vez que lo aprende y lo reproduce.
De
las preguntas
Dado
el programa en el que estamos, la Secretaría de Educación
ha pretendido trabajar denodadamente con los maestros, puesto que son
ellos el pasado, presente y el futuro de la educación. Y también
son los que llevan "a cuestas" gran parte de la responsabilidad
de sacar adelante el proyecto de nación y de ciudadanos, pues aunque
no se sepa, los que trabajamos en la educación estamos inmersos
en una "virtualidad": laboramos hoy y vemos los resultados en
20 o más años.
Bajo este referente,
algunas de las cuestiones que nos preocupan es el tipo de inquietudes
e incertidumbres que los docentes manejan frente a los alumnos. En pocas
palabras: ¿cómo formulan las preguntas a sus alumnos? Puesto que
es sabido que dependiendo de las palabras que le hagamos a los alumnos
obtendremos más y mejores respuestas.
Hace algún
tiempo conocimos la propuesta de André Giordan y Gerard de Vecchi
en su texto "Los orígenes del saber" sobre el tipo de
preguntas que se formulan cotidianamente. A continuación haremos
una recopilación de las ideas que al respecto se esbozan sobre
el uso de las preguntas en el aula de clase.
Es percibido
por todos que la intencionalidad que se hace al preguntar un enunciado
es obtener una respuesta. Ejemplos como ¿quién descubrió
América? tienen, usualmente, una única respuesta: Cristobal
Colón. Este tipo de pregunta se le denomina como "Pregunta–única
respuesta" y es muy usada en la educación por los maestros
que buscan sobre todo inculcar contenidos teóricos. No podemos
dejar de anotar que los docentes que emplean estas preguntas consideran
que una forma muy provechosa de enseñar es la de introducir rápida
y efectivamente conocimientos únicos y –aparentemente– verdaderos.
Otra posibilidad
de la pregunta es la de buscar que una pregunta tenga un referente diferente
y más general que el de un contenido o saber aislado. Un ejemplo
de este tipo de preguntas es: ¿Cuáles son las causas del descubrimiento
de América?. Esta pregunta es muy propositiva, pues genera
en el estudiante una idea más amplia del mundo que lo rodea y sobre
todo en las causas que conducen a los hechos que palpa cotidianamente.
Fíjense que la pregunta sobre las causas remite a un conjunto de
ideas, no necesariamente una más importante que la otra, sino un
conglomerado de situaciones, acciones que hacen que las cosas sucedan
de una y no de otra forma.
Por último,
como nivel más elevado de estructuración de las preguntas,
se encuentra el tipo "pregunta-pregunta" que es el que genera
en el alumno un deseo por descubrir más teorías y explicaciones
a lo que sucede a su alrededor. Este tipo de pregunta está muy
cercano a la idea de problema, pues es este el que permite abordar desde
muchos flancos, concepciones, lo que uno considera como el conocimiento.
Para este tipo de preguntas, uno de tantos ejemplos puede ser: Si ya existían
pueblos, razas y culturas ¿por qué se dice que los españoles
descubrieron América?
Son estas tres
tipologías genéricas las que explican como un docente actual
puede estar pendiente de las preguntas que haga, formule y genere en clase.
Sin duda, creemos que un docente innovador e investigador hará
de su experiencia docente un tipo "pregunta–pregunta" y no el
acostumbrado "pregunta–única respuesta". Entendemos,
igualmente, que un docente que postule las "preguntas–preguntas"
será un docente dispuesto a enfrentarse al mundo de lo desconocido,
insólito y poco recurrente. Es este maestro un ser abarcador de
saberes, abierto a las nuevas concepciones y vericuetos propios del conocimiento.
Será un maestro atento a lo que los alumnos dicen y plantean, y
no sólo restringido a la aparente enseñanza verdadera de
los libros de texto.
Hace poco escuchábamos
a una maestra que planteaba la exactitud de las matemáticas, y
que sostenía la fascinación que le producía la regularidad
de sus postulados. Sin embargo, y conociendo algunas dudas que al interior
de las matemáticas se dan, no es tan preciso afirmar que las matemáticas
son precisas. Discusiones sobre si ¿es primero el cero o el uno? o ¿cuál
es la practicidad de obtener la raíz cuadrada? son cuestiones que
aquejan al saber matemático y que muchas veces en las aulas no
se plantea, pues se da por hecho que estas cuestiones se deben enseñar
porque sí.
De
los maestros
Ya
hemos dicho que el maestro podría cambiar su práctica pedagógica
y dirigirla a cuestiones que integren problemas cercanos al contexto inmediato
de los alumnos. Pero obviamente la forma de concebir al maestro es precisa
reformularla. No es conveniente continuar sosteniendo el referente cultural
del docente como gran retenedor de contenidos y saberes. Más bien
es apropiado explorar el referente del maestro que está abierto
a conocer más y mejor. De nada sirve un gran maestro que busca
transmitir su saber si esta persona no aprende una y otra vez de las nuevas
concepciones que se manejan, y más que nada de los mismos alumnos
que están reformulando e interiorizando los postulados científicos
y sociales.
Conviene recordar
que una de las cuestiones que aquejan permanentemente a la educación
es la idea de cambio, pues parafraseando a Jurjo Torres: "conviene
al maestro hoy más que nunca estar abierto a un mundo cada vez
más impredecible". Y es que el maestro ha de estar pendiente
de las nuevas formulaciones que el mundo cambiante hace: sea para adecuarlas,
sea para refutarlas. Y hablando de esto último, se entiende que
las situaciones actuales exigen posturas no necesariamente conciliadoras
con lo que se vive hoy en día. Pero, así sea de crítica
o de recurso con las situaciones actuales, se siente importante saber
qué está sucediendo en el mundo, en la nación o en
la ciudad y por qué es provechoso o no trabajarlo.
Abrirse a lo
que los alumnos ven, miran y observan en los medios de comunicación
es una actitud que el maestro podría considerar. El cine, la literatura
e incluso la televisión son recursos que cada vez más se
encuentran a disposición del maestro.
A propósito,
en el ejercicio de pensar la integración curricular y de las áreas
del conocimiento hemos encontrado una excelente estrategia: la integración
a partir de relatos. Este procedimiento plantea tomar y adecuar películas,
cuentos, poemas y hacer de ellos una didáctica que busque integrar
las áreas. Por ejemplo, tomamos un video, cuento o poema y los
usamos como relato integrador; después le preguntamos a los docentes
de las áreas qué del relato se relaciona con el conocimiento
en sí de la asignatura. Queda así planteado un ejercicio
rápido pero potente, en el cual se realiza un trabajo mancomunado
e interdisciplinario de los diferentes docentes.
De
las conclusiones
Esta
propuesta de "Desarrollo de Habilidades Problémicas"
prefigura un nuevo tipo de maestros con las siguientes características:
-
Un maestro innovador, que busca permanentemente el saber y no se preocupa
por la constante inquietud que esto genera.
- Un maestro
que no "traga entero" las palabras o ideas que circulan y que
siempre está atento de los nuevos saberes que rondan en los medios
de comunicación.
- Un maestro
atento a las ideas que surgen y circulan en el imaginario infantil y juvenil.
- Un maestro
que vuelca su interés y el de los alumnos en actividades significativas.
Sin
duda en nuestro medio educativo existen numerosos docentes exponentes
de las anteriores características, queremos invitar a los que no
las practican a considerarlas. Para un ejemplo, por qué no iniciar
la próxima semana con planteamientos y preguntas que invitan a
los alumnos a descubrir, elucubrar y replantear su mundo, su experiencia
y su imaginación. Siguiendo al fascinante escritor Gianni Rodari,
que tal invitar a los alumnos a escribir un relato en donde se plantee
el encuentro entre dos elementos, por ejemplo: un palo y una cabra de
las laderas de Bogotá, el lápiz y un tiburón costeño,
o el roce entre el aire y una mujer de los llanos. Son estas ideas salidas
de los propios alumnos distritales, recogidas en una antología
de textos infantiles publicada el año anterior, la que nos invita
a seguir pensando en un país, en una nación abierta a los
nuevos tiempos, y sobre todo en una Colombia para ellos, con ellos y por
ellos: nuestros hijos, perdón, nuestros alumnos.
(1)
Diccionario Ideológico de la Lengua Española VOX. Ed. Bibliograf..
1996. Barcelona
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