Madrid.
MARGARITA GIRON
La Antártida
es el más remoto, frio, ventoso y alto de los continentes de la
Tierra. Allí se sitúa la mayor concentración de hielo
del planeta y su papel, al igual que el del océano circundante,
es esencial en muchos procesos naturales de carácter global. Su
posición geográfica y sus condiciones ambientales ofrecen
extraordinarias posibilidades para la investigación científica
y para el conocimiento del pasado, presente y futuro de nuestro planeta.
En la exposición,
ubicada en el Museo de la Ciencia de la Fundación La Caixa, una
maqueta de cuatro metros de diámetro reproduce los elementos geográficos
más importantes, la distribución de la biodiversidad y el
grosor del hielo en cada una de las partes del continente helado. También
explica la coincidencia en este lugar de cinco Polos Sur. El Polo geográfico,
donde convergen todos los meridianos terrestres; el magnético;
el geomagnético y el Polo Sur Ceremonial, donde se clavaron las
banderas noruega y británica a primeros de siglo.
Además,
estrellas, erizos, arañas de mar, ascidias, anémonas y peces
naturalizados junto con reproducciones de pingüinos, focas y elefantes
marinos que habitan en este espacio natural, reflejan en la exposición
la riqueza de la vida en la Antártida.
Hazaña
épica
La
historia de la conquista de este territorio contiene capítulos
épicos. Amundsen, Scott o Shackleton, entre otros, no dudaron en
arriesgar sus vidas en peligrosas expediciones con el fin de conquistar
el último espacio virgen del planeta. Concretamente, la vida del
expedicionario inglés Scott condensa toda la proeza que rodeó
la conquista de la Antártida. Capitán de la Royal Navy,
en 1901, con 32 años, partió a la cabeza de la expedición
británica "Discovery". Sus protagonistas pasaron tanta
hambre que llegaron a comerse los 14 perros que llevaban. En la exposición,
pueden verse las autenticas botas con las que Amundsen pisó por
primera vez la Antártida, el pasamontañas de Shackleton
o una reproducción del estado actual en que se halla el interior
del refugio del que partió Scott cuando alcanzó el Polo
Sur en Cabo Evans.
En la actualidad,
el régimen administrativo del Tratado Antártico establece
que se trata de una tierra para la paz y para la ciencia, de soberanía
compartida. Sus 14.000.000 kilómetros cuadrados de extensión
son habitados por cerca de 4.000 científicos en verano y apenas
1.000 en invierno que, en un contexto de estrecha cooperación internacional
y a una temperatura media de –55ºC, se esfuerzan por descubrir los secretos
que encierran los hielos, mares y atmósfera del continente helado.
Presencia
española
Desde
que en 1959 se firmó el Tratado Antártico, sus 12 países
miembros iniciales han aumentado hasta 45. España tiene presencia
en este territorio desde 1988, año en el que quedó instalada
la base Juan Carlos I en la isla Livingston. La exposición reproduce
el laboratorio de biología de esta base, mientras un audiovisual
recoge los testimonios de quienes han trabajado en la Antártida
a partir de relatos como el de la Dra. Jerri Nielsen, quien tuvo que operarse
a si misma durante su estancia en la Antártida al no poder ser
evacuada.
Una de las
muchas paradojas de este continente tiene que ver con su clima. Curiosamente,
es el lugar más seco del planeta. El frío congela el vapor
de agua eliminándolo del aire. Las precipitaciones anuales son
de tan solo 50 milímetros por metro cuadrado. Llueve menos que
en el desierto del Sahara y, sin embargo, contiene la mayor reserva de
agua potable del planeta.
Además,
las estaciones en los polos, debido a la inclinación de la Tierra,
constan de seis meses de luz y seis meses de oscuridad. Desde abril a
septiembre, la mayor parte de la Antártida permanece oscura, la
noche es perpetua, iluminada tan solo por los colores de la aurora astral.
Paralelamente
a la exposición, CosmoCaixa acogerá durante los meses de
enero a mayo, el ciclo de conferencias "Antártida. La última
frontera" que contará con la presencia de expertos como Wolf
Arntz, Miquel Canals, Jerónimo López, Leopoldo García
Sancho, Robert Headland o la misma Jerri Nielsen.
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