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estudio
sobre Las condiciones de salud laboral del colectivo de trabajadores
de la enseñanza de la Comunidad de Madrid, con el fin de mejorar
las condiciones laborales, aumentar el nivel de protección de la
seguridad y salud de las personas, y crear una cultura preventiva en el
sector. Y, a la vez, promover el conocimiento y cumplimiento de la Ley
de Prevención de Riesgos Laborales.
En la introducción
del trabajo se recuerda, precisamente, que desde la aprobación
de dicha normativa en 1995 "muchos han sido los estudios realizados
en diversos sectores de actividad, aunque el colectivo que engloba a los
trabajadores de la enseñanza ha estado poco atendido desde este
punto de vista". También se reproducen datos del Instituto
Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo que indican que el número
de accidentes laborales en centros docentes madrileños entre enero
y septiembre de 2002 ascendió a 1.006, con 3 víctimas mortales.
Además se ha registrado un incremento del 6,33% de la siniestralidad
en el curso 1999-2000, un 29,72% en el 2000-2001 y un 44,96% en el ejercicio
2001-2002.
Causas
de baja
Todo
ello ha motivado a los responsables de la UGT para realizar este estudio,
referido al año pasado y tomando como muestra 5 centros de Enseñanza
Infantil y Primaria, 7 Institutos de Secundaria (4 de ellos impartían
también Formación Profesional) y 7 Facultades Universitarias.
La coordinadora de Salud Laboral de este sindicato, Lucila Sánchez,
y el secretario de Acción Sindical de FETE, Rafael Yepes, han presentado
sus principales resultados, que revelan claramente que "los trabajadores
de la docencia son uno de los grupos que presentan una incidencia alta
de riesgos profesionales, especialmente los psicosociales que se convierten
en la primera causa de baja en este sector".
El origen de
estos problemas puede encontrarse en la propia actividad de los docentes,
que "conlleva un trabajo intelectual además de un trabajo
de tipo administrativo, como preparar las clases, ajustarse al programa
en el tiempo y contenido, etc., lo que produce una fatiga y puede desencadenar
estrés". Uno de cada tres profesores de Primaria y Secundaria
de la enseñanza pública madrileña padece a fin de
curso estrés u otro trastorno como la ansiedad, las depresiones
o el burnout, un agotamiento conocido coloquialmente como "síndrome
del quemado", que se trata de "un estrés de carácter
crónico experimentado progresivamente en el ámbito laboral".
Malestar
y absentismo
Los
autores del estudio creen que "aspectos como la creciente conflictividad
en las aulas, la desmotivación del alumnado, la necesidad de atender
a la diversidad, la tensión, la escasez de medios o los altos ratios
de alumnos por aula, contribuyen al malestar del colectivo docente, en
el que se detecta uno de los mayores índices de absentismo laboral".
Y añaden el hecho de que los centros docentes y sus profesores
se han visto obligados en los últimos años a asumir funciones
que van más allá de la formación estrictamente académica,
"hasta el punto de hacerse cargo de ámbitos antes reservados
a la familia o a la sociedad en su conjunto".
En este asentido,
Rafael Yepes ha afirmado que "a los profesores se les encomiendan
algunas tareas para las que no están preparados, y por eso se ven
enfrentados a una sensación de desamparo y de que su trabajo no
es reconocido". Y Lucía Sánchez ha añadido que
el problema radica en que los problemas psicosociales "no están
reconocidos como enfermedades profesionales, sino como enfermedades comunes.
Y hay muchos trabajadores que padecen estos trastornos y no piden la baja".
Sin embargo,
un juzgado de Barcelona ha dictado recientemente una sentencia en la que
considera dichas dolencias como accidente de trabajo, y ha reconocido
a una maestra que sufría estrés y ansiedad la incapacidad
permanente absoluta para desempeñar su labor docente y el derecho
a recibir de la mutua del centro en que trabajaba una pensión del
100% de su base reguladora. La sentencia determina que el síndrome
del burnout es "un tipo característico de estrés
que se da en trabajadores que realizan su trabajo en contacto con otras
personas, como profesores, personal sanitario y asistentes sociales".
Otros
problemas
Por
otra parte, los problemas de garganta, las lumbalgias y los traumatismos
por caídas o golpes con diversos objetos, son otros de los riesgos
que afectan muy a menudo a los profesores madrileños. Además,
el estudio también se refiere a los problemas que tienen que afrontar
los trabajadores no docentes, como los auxiliares de control e información
(bedeles, ordenanzas, porteros, conserjes), personal de cocinas y comedor,
auxiliares de hostelería (limpieza), mantenimiento y personal administrativo.
El estudio
denuncia que sólo un 10% de los centros de la red pública
cumplen con la normativa sobre prevención de incendios. Y resalta
otra serie de carencias, como la falta de formación, información
y coordinación en materia de prevención de riesgos laborales
en el ámbito de la enseñanza, por parte de las distintas
administraciones, y la falta de recursos materiales y humanos para evaluarlos.
Y también la falta de concienciación por parte de los trabajadores
de los riesgos a los que están expuestos. "Todo ello está
provocado por la ausencia de un servicio que lleve a cabo la gestión
de la prevención de los centros de enseñanza de la Comunidad
de Madrid". Por ello, la UGT propone "fomentar una cultura preventiva"
en dichos centros y en la propia administración, para mejorar "las
condiciones de trabajo de todos los profesionales que realizan allí
sus actividades".
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