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Madrid.
JULIA FERNANDEZ
Puente entre
Oriente y Occidente, el espejo que ofrece Bizancio a la Europa actual
es el de una capaz comunidad interracial y multicultural que supo unificar
sedimentos diversos y generar la que se considerada una gran manifestación
creativa del ser humano. Heredera de la cultura griega clásica,
asimiladora de todo el acerbo intelectual, cultural y artístico
romano y con una fuerte impregnación oriental y cristiana, esta
civilización fue durante once siglos el más potente foco
estético y religioso del Mediterráneo: sus síntesis
artísticas y culturales impregnaron de nuevos aires a países
tan diversos y alejados como España, los países balcánicos
o el norte de África. Todos acabaron alimentándose de la
savia que Bizancio había elaborado sobre los más inteligentes,
sensibles y bellos logros del pasado. Su influjo es el gran cimiento de
esa fiesta de la historia del arte que es el Renacimiento. Y Europa expandida
hacia países de su oriente el gran reflejo de una experiencia histórica
rica y productiva.
Costumbres
y ritos
"Aspectos
de la vida cotidiana en Bizancio", la muestra que estos días
exhibe el Museo Arqueológico Nacional es el primer acto cultural
que celebra la Presidencia griega de la Unión Europea y es una
mirada a los objetos de arte que dieron calidez y belleza a las costumbres
y ritos laicos de los griegos bizantinos, a sus vidas diarias y a sus
viajes, a sus labores y a sus ocios. Organizada por la Dirección
de Monumentos Bizantinos y Postbizantinos del Ministerio de Cultura y
por el Museo de la Civilización Bizantina de Tesalónica,
en colaboración con el Ministerio de Asuntos Exteriores de Grecia,
cuenta con ciento treinta y ocho piezas, algunas procedentes de museos
griegos, y otras, su gran mayoría, de las recientes excavaciones
llevadas a cabo en exteriores de la ciudad-región más bizantina
de la Grecia actual, Tesalónica. Su exhibición entre las
grandes obras de esta cultura que posee el Museo Arqueológico Nacional
–mosaicos y sarcófagos- vienen a completar un hueco en el conocimiento
de Bizancio y, por añadidura, del hombre medieval: son objetos
como los que ahora se exponen los que llegaron el siglo VI a la costa
norte de África y a la zona oriental de la península ibérica
con los soldados de Justiniano I. Objetos como estos son también
los que tuvieron en sus manos los caballeros catalanes de Roger de Elor
durante su larga estancia en Oriente; los comerciantes españoles
que transportaban a los puertos bizantinos objetos de cerámica
de Andalucía, o los que Clavijo, enviado por Enrique III de Castilla,
compró en Bizancio y Constantinopla camino de Tamerlano, en la
lejana Samarcanda.
El
mar: ocio y riqueza
Los
once siglos que recorren los objetos de "Aspectos de la vida cotidiana
en Bizancio" se muestran estructurados en cinco secciones que abordan
el quehacer y el ocio de una familia bizantina y de una comunidad. Su
comienzo se establece en el mar, el espacio preferente de vida y comunicación
para los bizantinos, además de fuente de riqueza. Los objetos que
se muestran se relacionan con el transporte de mercancías en los
barcos, la pesca, los viajes por mar así como los miedos y creencias
vinculados a ellos.
El segundo
apartado ilustra el viaje, un rito que el ciudadano bizantino asociaba
generalmente a la peregrinación a lugares como Tierra Santa. Los
objetos que se exhiben son los amuletos y recuerdos que eran traídos
de estas visitas religiosas.
El ocio, en
la tercera sección, viene documentado con instrumentos musicales,
objetos para el baile y juegos de dados y fichas.
La ciudad y
el campo centran la cuarta sección en la que se presentan objetos
relacionados con la agricultura, la ganadería y la caza. También
se hace referencia a los artesanos y sus talleres con muestras representativas
de sus trabajos y herramientas, así como de la moneda en que se
basaron sus transacciones económicas, la bizantina, la más
fuerte de la Edad Media.
La última
unidad de la muestra presenta aspectos de la vida privada, en casa, dentro
de una familia: el ajuar doméstico, los medios para su seguridad,
las formas de iluminación los utensilios de cocina y de mesa, el
vestido, los artículos de belleza y de arreglo personal, las joyas...la
boda y los hijos.
Entre sus significados
parciales y totales están el haber sido parte de nuestra propia
historia.
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