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Internet,
el Gran Educador
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La irrupción de las nuevas tecnologías de la información
y de la comunicación, llamadas TIC, y muy especialmente la utilización
masiva de Internet está transformando sin darnos cuenta nuestras
vidas. Internet es mucho más que la televisión, la radio,
el teléfono y el fax. Internet permite todo lo anterior y aún
más, nos posibilita comunicarnos entre sí, muchas personas
a la vez, en cualquier momento y lugar del mundo, incluso, por qué
no, todos a la vez. Es la gran telaraña mundial de la comunicación.
Pues bien, si hay comunicación significa que también hay
información, y si hay comunicación e información
puede haber aprendizaje.
Los resultados
de la aplicación de las TIC a la información y la documentación
ha sido en estos 20 últimos años espectacular y también
lo va a ser en su aplicación a la formación y al aprendizaje.
Programas informáticos de todo tipo nos permiten tratar, gestionar,
almacenar y distribuir la información de muchísimas maneras,
en diferentes soportes y según nuestras necesidades. Y no sólo
eso, sino que nos está ayudando a tomar decisiones, a elaborar
proyectos, a aprender más y mejor y a producir aquello que siempre
tuvo el valor máximo en los procesos de aprendizaje: el conocimiento.
Si empresas
de medio mundo están orientando sus recursos y sus estrategias
para aprovechar ese nuevo filón: el conocimiento, también
las organizaciones educativas a todos sus niveles deberían hacerlo.
Justamente es en el aprendizaje y en la investigación, ámbitos
por excelencia de la información y el conocimiento, donde las TIC
están provocando cambios de gran calado, algunos si se quiere casi
imperceptibles, pero realmente profundos. Se dice que el impacto de las
TIC en la enseñanza por ejemplo, será mayor que el impacto
del descubrimiento de la imprenta y la edición de libros.
Un reciente
estudio de la Pew Internet and American Life confirma que el 86% de los
estudiantes americanos utilizan muy asiduamente Internet sobre el 59%
del resto de la población. El 80% de los estudiantes que utiliza
la Red dice que le es imprescindible para desarrollar su experiencia académica,
y el 73% busca en Internet, desde las estaciones de trabajo que les facilita
la biblioteca o conectando sus ordenadores portátiles, los trabajos
que necesita para seguir cada una de las asignaturas. Esto supone, además,
que el uso de Internet por parte de los estudiantes ayuda rápidamente
a que se aficionen a usar otras tecnologías. Se va confirmando
el hecho de que la gente joven crece con las TIC y las considera parte
'esencial' de sus vidas. Los estudiantes utilizan la Red para todo: buscar
información, chatear, comunicarse, etcétera; la Red
está incorporada en sus vidas cotidianas.
Esto es sin
duda muy importante, ya que acabarán sus estudios y continuarán
utilizando las TIC de una manera habitual, las incorporan a su vida profesional
y, por supuesto, a su vida personal y particular. Aunque no todo es maravilloso,
profesores australianos con programas informáticos, claro, han
detectado que los trabajos realizados y presentados por los estudiantes
no son del todo 'originales', el plagio alcanza el 8,85%, incluso en algunos
trabajos realizados por algunos alumnos alcanza hasta el 25%, lo que demuestra
que con Internet se ha incrementado la copia, el bajar, cortar y pegar
es un uso del que si se abusa se debe detectar y corregir.
También
es verdad que aparecen otros peligros asociados, éstos un poco
más preocupantes. Muchos estudiantes piensan que si no encuentran
la información que buscan en Internet de manera inmediata, es que
no existe. Se olvidan así de otras fuentes impresas como los libros,
revistas, bibliotecas y de los propios profesores que son la referencia
de información y conocimiento más importante. Incluso los
propios estudiantes no valoran lo que la Red les puede realmente proporcionar,
fácilmente olvidan la información y documentación
que esconde la misma Internet y que no muestra en 'primer lugar' el buscador
de turno. El volumen de información que puede ser accesible en
la llamada 'Internet invisible' es tanto o más que el volumen de
hielo que escondía el iceberg que tumbó al Titanic.
Otro peligro,
y éste es el más difícil de solucionar aunque todo
se andará, es el filtro de la calidad de la información
encontrada. No siempre lo que está disponible en Internet es bueno,
es decir, significativo. Aún, al menos, la información gratuita,
es mala, demasiado mala, poco científica, nada verdadera ni útil
para aprender. Uno de los retos, por tanto, son los contenidos y su calidad.
Para aprender se debe poder acceder a contenidos significativos. Y es
en esta empresa en donde se encuentra ahora el reto de aprender en y con
Internet. Una de las claves del éxito del cambio tecnológico
en la enseñanza es la producción, gestión y acceso
a los contenidos de calidad. Profesores, informáticos, bibliotecarios,
pedagogos y creativos de las organizaciones educativas innovadoras están
trabajando conjuntamente para crear contenidos de información útiles
adaptadas a las necesidades de los estudiantes. Algunas universidades,
por ejemplo, están orientando sus estrategias, sus servicios y
sus recursos para facilitar al estudiante no sólo un ordenador,
sino también un software educativo con contenidos de calidad.
Una plataforma educativa para que pueda conectarse con el profesor o con
otros estudiantes y poder continuar la clase, y una biblioteca digital
con documentos e información actuales con contenidos (libros y
revistas, principalmente) esta vez en soporte electrónico. Muchos
profesores están adaptando e integrando sus temarios con recursos
electrónicos disponibles y accesibles desde la Red, digitalizando
apuntes y prácticas, aconsejando a sus estudiantes que accedan
a ésta o aquella dirección web y se bajen la información
que necesitan en ese momento. Haciendo un seguimiento 'virtual' del avance
de los estudios mucho más personalizado que de forma presencial
se hace en las aulas o en despacho, readaptando sus horarios sustituyendo
horas lectivas por 'conexión en línea', ofreciendo títulos
y asignaturas semipresenciales o totalmente distribuidas en red, etcétera.
Las TIC e Internet
permiten, no como algunos se han apresurado a decir, la desaparición
de los profesores, de las bibliotecas o incluso de la misma organización
educativa -al menos no en estos próximos 50 años-, sino
que nos aportan cambios que afectarán a todos los protagonistas
del sistema educativo y en todos sus niveles como nunca antes se había
visto. La resistencia al cambio tecnológico por parte de todos
se irá diluyendo, los modelos pedagógicos deberán
modificarse porque las TIC, casi sin quererlo, nos han colocado a todos
en Internet: el Gran Educador.
Diego
Martínez
EL PAÍS. 14-octubre-2002
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