Decisiones saludables

Con la aprobación de la conocida popularmente como "Ley del botellón", me parece oportuno volver a abordar los programas de prevención de consumo de drogas en la escuela. Generalmente, la iniciación de nuestros alumnos en las drogodependencias suele producirse con el consumo del alcohol y, además, las primeras borracheras se manifiestan a lo largo del periodo escolar.
A pesar de los numerosos informes que denuncian los efectos negativos del alcohol en la población, en general, y en los adolescentes, en particular, considero que el sistema educativo no aborda con seriedad este problema.
Todos conocemos las leyendas que propugnan sus efectos beneficiosos en la salud como alimento, estimulante o tónico. Desde edades muy tempranas, nuestros alumnos se familiarizan con el consumo de alcohol, que esta omnipresente en fiestas populares y celebraciones familiares. Pero de las consecuencias de esta mala imagen que ofrecemos los adultos, nadie parece ser consciente.
Además, debemos valorar la influencia de los medios de comunicación social, que recogen continuamente referencias positivas a su consumo. A través de mensajes agresivos, el alcohol protagoniza vallas publicitarias en la calle, spots televisivos, anuncios en prensa, carteles en competiciones deportivas... hasta en la puerta de los colegios.
En mi opinión, la educación sobre el alcohol debe favorecer cambios en la conducta de los alumnos, de forma que cuenten con conocimientos, actitudes, recursos y unos valores que les permitan crecer de forma sana y responsable. La finalidad reside en conseguir que los adolescentes y jóvenes tengan la capacidad de tomar decisiones saludables, ante propuestas que puedan influir negativamente en su evolución física y psicológica.

Antonio Márquez del Campo
Madrid.

Tras leer con detenimiento el anteproyecto de Ley de Calidad que el MECD ha insertado en su página web, como profesional de la educación, me ha interesado especialmente el apartado dedicado a las modificaciones que, con la puesta en marcha de esta norma, va a experimentar la carrera docente.
Entre otras, me parecen muy positivas las medidas encaminadas a mejorar las posibilidades de promoción profesional y la formación inicial y permanente, imprescindible para atender a un alumnado que cada día presenta diferentes demandas.
Otro aspecto fundamental es el que definen como "el necesario equilibrio entre experiencia y renovación, que conviene a todo sistema educativo". Para alcanzar este equilibrio el anteproyecto de ley plantea ofrecer a los jóvenes licenciados el acceso libre y directo a los niveles superiores de la carrera docente, como participar en el concurso-oposición para el Cuerpo de Catedráticos de Enseñanza Secundaria, al que pueden presentarse los licenciados que obtengan el Título de Especialización Didáctica. Una vez, superado este concurso, impartirían clase en Bachillerato y también en la Secundaria Obligatoria.
En mi opinión, otras propuestas interesantes se concretan en la reducción de jornada para los profesores mayores de 55 años y en la posibilidad de solicitar licencias retribuidas, para realizar actividades de formación y de investigación.
Por último, con esta nueva ley los profesores se beneficiarían de una asistencia jurídica adecuada para desempeñar las tareas derivadas de su labor docente con la necesaria protección legal.

José Luis Martínez del Valle
Talavera de la Reina (Toledo)