ROMEU
 
   

Contextos diferentes y un denominador común: pensar en la infancia

(...) Las escuelas infantiles, guarderías, escoles 0-3 o jardineras, según se las denomine, ya saben que no pueden sólo guardar a los pequeños, mientras sus familias se incorporan a los medios de producción. Existe, cada vez más, la preocupación sobre la calidad de atención en los servicios para la infancia y en cómo esa calidad se discute, analiza, comparte y se pone en práctica.

Muchas de las propuestas institucionales pensadas para niños y niñas menores de seis años reconocen la importancia del trabajo con las familias, como puente de inserción social, no sólo de los pequeños, sino también de los compromisos de la comunidad en la percepción y atención de sus futuros miembros, de la calidad de las relaciones interpersonales, de la creación de ricos y variados contextos de acción e interacción y, especialmente, de la necesidad del trabajo conjunto de los equipos educativos en la reflexión continua de práctica.

La multiplicidad de titulaciones consideradas idóneas para garantizar los conocimientos básicos necesarios para la formacion inicial de los profesionales dedicados a éstas edades, no siempre incluye en sus propuestas curriculares aspectos que vayan más allá del desarrollo infantil. Atender a los pequeños quiere decir atender a familias diversas, con sus cargas particulares de valores y creencias, de expectativas y temores; quiere decir entender las características de los contextos sociales, culturales y politicos, quiere decir pensar en las desigualdades de oportunidades y en el papel del centro infantil, quiere decir un esfuerzo ético vinculado al encargo social que supone la atención de la infancia.

El trabajo en equipo y la formación continuada representan una cierta garantía, reivindicada por todas las etapas educativas, de reflexión continua de las prácticas, de propuestas de mejora, de actualización, de análisis de los por qués y de los cómos y, en definitiva, del cuestionamiento de la actividad docente y del papel de la institución educativa(...)

Silvia Moron
INFANCIA. Nº 55.- Mayo-Junio 1999

 
   

   

 

 

 

Con el rifle a clase

Unos 8.000 jóvenes estadounidense llevan, al menos un día al año, sus rifles a las escuelas e institutos de Wisconsin, al norte de Estados Unidos, donde reciben adiestramiento para la caza. Pero ahora, tras la plaga de violencia registrada en institutos de todo el país, algunos directores de los centros de enseñanza de ese Estado quieren poner fin a los cursos de manejo de armas de caza. Las clases, disponibles en 265 institutos de la región, son impartidas por miembros de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, en sus siglas en inglés) y los alumnos –de 12 a 16 años- llevan el material didáctico, las armas a sus hogares.

"Hay que encontrar otro lugar para dar clases de caza. No debemos crear confusión entre los estudiantes repecto a las armas de fuego", ha dicho Andrea Utrie, una maestra de un instituto de Wausau, en Wisconsin. El responsable de los centros escolares de Wausau, una pequeña ciudad situada a 100 Kms. de Milwaukee, canceló hace unos días todos los cursos de caza que se dictaban en los institutos durante la jornada escolar. (...)

En todo EEUU, unas 700.000 personas, en su mayoria niños y adolescentes, se graduan cada año en cursos ofrecidos para aprender a utilizar armas de fuego. En Wisconsin solamente, se dictaron el año pasado 839 cursos de caza, de los cuales 265 fueron impartidos en institutos a adolescentes de 12 a 16 años de edad. (...)

María Leticia Gómez
Washington. EL PAIS. 28 Mayo 1999.

   
       
   

Plan francés de "nuevas oportunidades" para los que fracasan en los estudios

Acusado demasiado a menudo de no preocuparse de los alumnos a los que rechaza sin diplomas ni cualificaciones, el sistema educativo francés se enmienda de manera honorable y se compromete en un programa bautizado "nuevas oportunidades", que ha sido presentado, el miércoles, 26 de mayo, por los ministros Claude Allègre y Ségolène Royal, con el apoyo de Martine Aubry, ministro de Empleo y de la Solidaridad, y Nicole Perry, secretario de Estado de los Derechos de las Mujeres y de la Formación Profesional. Anunciadas al día siguiente de la reforma de los colegios, las medidas propuestas se inscriben en el mismo objetivo de la lucha contra el fracaso escolar y el responsabilizarse de los alumnos con "grandes dificultades".

Cierto, el número de estos jóvenes "excluídos" que abandonan en el curso de su escolaridad ha descendido de una manera neta desde hace diez años. De 110.000 al comienzo de los años 90, no serían ahora más de 57.000 los que terminan la escuela sin la menor cualificación, antes incluso de haber obtenido un CAP. A estos se añaden unos pocos más de otros 35.000 que han fracasado en las vías generales y de formación profesional, sin conseguir el bachillerato, pero que se encuentran poco después en los dispositivos de reinserción.

Calificado por Claude Allègre de "urgencia social", este programa de "nuevas oportunidades" confiesa de antemano la modestia de la empresa. Elaborado sobre la base de un informe confiado a Catherine Moisan, inspectora general de Educación, reconoce que todas las iniciativas ya en marcha en este terreno revelan, antes que nada, unos saberes basados en soluciones individuales adaptadas, caso por caso, para cada joven afectado.(...)

LE MONDE 28-Mayo-99

   
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