Las campañas
de información están salvando vidas
Hoy sólo dos de cada diez pacientes afectados presentan metástasis
en el momento del diagnóstico

Hace apenas diez años el 80 % de los varones con cáncer de próstata llegaban a la consulta del especialista con alguna metástasis. Hoy, gracias a las campañas divulgativas, esta situación se ha invertido, y sólo dos de cada diez pacientes llegan en una fase tan grave. Esto equivale a decir que gran número de los pronósticos son buenos y que muchos de los pacientes se curan con el empleo de cirugía y/o radioterapia.

Los especialistas han comparado el cáncer de próstata en los hombres
con el de mama en las mujeres. En ambos casos, las revisiones periódicas a partir de los cuarenta años son las
que están proporcionando
los mejores éxitos.
(Foto: Rafael Martínez)

Madrid. JUAN MANUEL BARBERA
Según los datos de la Asociación Española de Urología (AEU), un millón y medio de varones españoles, con edades comprendidas entre los 50 y los 75 años, están en riesgo de padecer un cáncer de próstata. De hecho, como afirma el presidente de esta asociación y jefe del servicio de Urología del Hospital La Fe, en Valencia, Fernando Jiménez Cruz, "es el tumor más frecuente en los hombres y el tercero en cuanto a mortalidad, tras los de pulmón y el estómago, por eso es necesario que le prestemos mucha atención."

Afortunadamente, en los últimos años, el panorama ha cambiado mucho, ya que hoy sólo dos de cada diez varones a los que se les diagnostica un tumor llegan a las consultas con metástasis. La principal consecuencia de este hecho es el aumento vertiginoso de las tasas de curación.

A juicio del presidente del Consejo Nacional de la Salud Prostática (CNSP), Juan José Ballesteros, "esta mejora se ha producido gracias a las campañas de información entre los varones españoles, fundamentalmente, durante la "semana de la salud prostática".

Factores sospechosos.

Aparte de la vejiga, la próstata es el elemento que más interviene en la función urinaria del varón. Actúa como una especie de anillo alrededor de la uretra y es importante dentro del engranaje de la eyaculación. Por eso, los especialistas piensan que su crecimiento tiene mucho que ver con la hormona sexual masculina, la testosterona, y que son aquellos individuos con mayores niveles de esta hormona los que tienen más riesgo de padecer un problema prostático, como ocurre con la población afroamericana de EEUU.
Pero también hay otros factores bajo sospecha:

Herencia. Existen pruebas de que aquellos hombres que tienen antecedentes familiares son más proclives a tener problemas prostáticos. Por eso, los expertos recomiendan realizarse revisiones periódicas a partir de los 40 años de edad.

Dieta. Datos epidemiológicos sugieren que aquellas poblaciones como las orientales -China y Japón, fundamentalmente-, que consumen dietas pobres en grasas, tienen bajos índices de tumores de próstata. Se ha observado que al emigrar a EEUU, el riesgo se iguala al de los norteamericanos.

Sol. Las radiaciones solares son buenas para combatir las anomalías prostáticas. Como subraya el doctor Jiménez Cruz, "los países con menos horas de sol son los que cuentan con mayores tasas de cáncer de próstata, como en Escandinavia."

En cuanto a los hábitos de vida que irritan la próstata tenemos a los picantes, el café, el tabaco -su contenido en alquitrán puede ser nefasto, además, para la vejiga-, el alcohol, montar en bicicleta, conducir el coche durante muchas horas o practicar el coitus interruptus

La mitad de las consultas urológicas en Atención Primaria se producen como consecuencia de problemas prostáticos, un 75 % de los cuales se deben a hipertrofia benigna de próstata, un 5 % a prostatitis y el resto a patología tumoral.

Prostatitis

Inflamación de la próstata que en ocasiones se acompaña de infección, suele ocurrir en varones jóvenes y no guarda relación alguna con la HBP ni con el cáncer. Existen al menos cuatros tipos: prostatodinia, caracterizada por un mal funcionamiento de los músculos que rodean la próstata; prostatitis crónica no bacteriana o inflamación de la próstata; prostatitis crónica bacteriana, infección que puede afectar también a la uretra y la vejiga; y prostatitis aguda, que es la más grave, se produce por una infección y puede poner en peligro incluso la vida del paciente.
Síntomas: molestias en los testículos, bajo vientre y ano, escozor y tendencia a orinar más. Si hay prostatitis, aparece de forma brusca, con escalofríos y fiebre, además de molestias severas al orinar o imposibilidad de hacerlo.
Tratamiento: farmacológico con antibióticos y/o antiinflamatorios.

Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP)

Tumor benigno que constituye la enfermedad más frecuente de la próstata y se caracteriza por un crecimiento desmesurado de la misma, que comprime la uretra, impidiendo parcial o totalmente la salida de la orina. Esto hace que la vejiga tenga que sobreesforzarse, facilitando la formación de piedras o la infección de ella y/o los riñones.
Como señala el doctor Jiménez Cruz, "la HBP ocupa, en los países industrializados, el tercer lugar entre las enfermedades que suponen mayor gasto sanitario. Y se calcula que más del 80 % de los varones de 50 años recibirá tratamiento en algún momento de su vida. Eso sí, la HBP nunca puede evolucionar hacia cáncer de próstata, aunque ambas patologías puedan coexistir."
Síntomas: retraso en el inicio de la micción, disminución de la fuerza del chorro y goteo de la orina, vaciamiento incompleto de la vejiga y retención urinaria. Asimismo, se pueden dar pérdidas de orina durante la noche (nicturia) y aumento de la frecuencia urinaria durante el día (polaquiuria). Si no se trata, pueden lesionar la vejiga y los riñones, provocando una insuficiencia renal.
Tratamiento: se pueden utilizar fármacos como los alfabloqueantes o los inhibidores de la 5-alfa reductasa, calentamiento de la próstata con microondas (hipertermia prostática), dilatación con prótesis (prótesis endouretral) y aplastamiento con balón (divulsión prostática). Sin embargo, lo que ofrece mejores resultados a largo plazo es la cirugía, que puede realizarse a través de la uretra, en próstatas pequeñas, o de forma abierta, en próstatas más grandes.

Cáncer de próstata

Tumor hormonodependiente que se presenta cuando los andrógenos secretados por los testículos y la glándula suprarrenal incrementan la velocidad de su desarrollo.
Diagnóstico: al tacto rectal, como método diagnóstico, se ha incorporado ya, con plenas garantías, el antígeno prostático de superficie (PSA). Aparte de ser menos molesto, porque basta una análisis de sangre, este marcador es capaz de detectar tumores que antes pasaban inadvertidos.
Tratamiento: curable en sus estadíos iniciales con el empleo de cirugía y/o radioterapia. En el resto se puede alargar la supervivencia utilizando tratamiento hormonal paliativo.

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