"La cultura es un
contrapoder de la violencia"
Augusto Roa Bastos (Asunción, 1917) ha venido a España para participar en el V Centenario de la Fundación de la Universidad de Alcalá. La misma en la que, hace nueve años, recibió el Premio Cervantes de manos del Rey Don Juan Carlos.
Ni la reciente intervención cardiaca a la que fue sometido, ni sus ochenta y dos años, han minado esa voz rotunda con
la que denuncia injusticias y habla de amor a la literatura.

Madrid. JUAN CARLOS SORIANO
El autor de Yo el Supremo ha propuesto a los rectores universitarios de diferentes países la creación de una Unión Mundial de Rectores para que actúe como contrapoder de paz y dignidad humana: "Esa entidad redundaría enormemente en la paz mundial y el crecimiento intelectual de la juventud. Creo mucho en su arbitraje y presión moral contra las fuerzas bastardas que han dominado el mundo y lo han llenado de violencia."

Roa Bastos no pertenece a esa grey de intelectuales que tranquilizan la conciencia firmando manifiestos. Él se implica de forma directa en batallas que considera justas y ha aprovechado su viaje a España para pedirle a Baltasar Garzón que procese al ex-dictador de Paraguay Alfredo Stroessner, refugiado actualmente en Brasilia: "El 15 de abril, el doctor Martín Almada, que fue quien descubrió los archivos de la Operación Cóndor, entregó al juez documentos completísimos sobre cincuenta casos de tortura y muerte, para que actúe contra él como ha hecho con Pinochet y los militares de la Junta Argentina. Lamentablemente, ese día me encontré indispuesto y no pude acompañar al doctor Almada, como hubiera sido mi deseo, pero Garzón sabe que apoyo el procesamiento de Stroessner."

Otra de las luchas del escritor, tan antigua como la de la justicia, es contra el analfabetismo, que en las zonas rurales de Paraguay alcanza cotas muy elevadas. Con el dinero del Premio Cervantes creó una Fundación destinada a fomentar la lectura en su país: "Incluso en las sociedades avanzadas, he descubierto que los hispanoamericanos no sabemos leer. Hay fuerzas muy poderosas de la comunicación que dejan atrás el ejercicio irremplazable de la lectura, y ya no se usa como vía de conocimiento. La cultura de la imagen copa a los jóvenes; es difícil hacerles leer. Yo, sin embargo, creo que el libro sobrevivirá a esa agresión."

El exilio y la Biblia

Roa Bastos pretende concienciar también a la sociedad contra la destrucción de la selva amazónica, que cubre una vasta extensión de Paraguay: "La situación es tan grave que hasta el Vaticano ha pedido la salvación de ese ecosistema. Se talan árboles a destajo y pasan de contrabando a Brasil. En ese negocio andan metidos militares de mi país. De las cuatrocientas diecisiete maderas preciosas que teníamos, como el sándalo, hoy no queda ninguna. Cuando llegó Bonpland, en tiempos del dictador Francia, encontró doce mil especies botánicas. Escribió una carta a una aristócrata francesa donde le decía que el Paraguay era el cielo de las plantas y la marquesa le contestó: Deberá ser el cielo de las plantas, pero es el infierno de los hombres."

Autocrítico y perfeccionista (hasta el punto de quemar el primer manuscrito de El fiscal "no para imitar a los inquisidores, sino porque estaba en desacuerdo con lo que había escrito") Roa Bastos trabaja en una nueva novela, cuyo título provisional es Un país detrás de la lluvia. "La he concebido como la negación de esa condena bíblica que sufren los exiliados, los hijos pródigos, que no llegan nunca al hogar paterno. Yo invierto tal afirmación de la Biblia y ese hombre, que ha venido persiguiendo su país detrás de las neblinas, de las lluvias, de las tormentas del mundo, encuentra su hogar. Allí descubre a una niñita de corta edad, la verdadera protagonista del relato, que afirma la ley de la vida. Porque yo creo en las leyes de la vida por encima de las de la muerte. El mundo sobrevive siempre y renace como el Ave Fénix."

Las mujeres, protagonistas de la Historia

Roa Bastos siempre consulta a las mujeres de su entorno antes de entregar una obra a la imprenta, "porque tienen un instinto más fino" Buena parte de su exilio transcurrió en Francia. Durante 22 años fue profesor asociado de la Universidad de Toulouse, en la que fundó una cátedra de guaraní. Ahora, jubilado, piensa instalarse por temporadas en Alcalá de Henares, "para impartir a los universitarios cursos especiales que complementen sus programa lectivos. Quiero incidir en temas como la lectura y la capacidad creativa."

A buen seguro que les hablará también de Paraguay, en torno al que gira la mayor parte de su obra. "El mío es un país misterioso y enigmático. Se han descubierto cavernas, con presuntas inscripciones vikingas, que desmontarían la versión de que Colón fue el primer europeo en llegar a América. Puede que se trate de una superchería, o quizá sean hechos reales, porque en el Paraguay hemos tenido tanta persona improvisada que nos dio por fabular. La gente se inventa historias. Yo mismo lo hago cuando escribo... Pero es, también, un país condenado a la destrucción, al que siempre han salvado las mujeres. Se han convertido en protagonistas absolutas de su historia y de su literatura. Si echa un vistazo a los últimos cincuenta años, verá que no ha surgido ni un solo poeta varón. Yo, a estas alturas, creo más en la mujer que en el hombre. Desde que nace, la mujer se convierte en dadora de vida".


La justicia y la lucha contra
el analfabe- tismo y la destrucción del medio ambiente son causas a las que Roa Bastos ha entregado gran parte de su vida.
(Foto: Rafel Martínez)

arriba