Según las previsiones del gobierno, casi un tercio de los centros británicos tendrán acceso a recompensas salariales por rendimiento durante el presente año. (Foto: EFE)

El Gobierno británico emprende
la reforma de la profesión docente

El pasado mes de diciembre el Gobierno británico anunció su intención de reformar radicalmente la profesión docente.
Tras la publicación del libro blanco titulado "Maestros: enfrentándose al reto del cambio", la primera semana de febrero se dieron a conocer los planes más inmediatos que afectan
a la estructura salarial de los docentes.


Entre las medidas previstas figura la oferta de incentivos salariales para la excelencia docente

Francesc Pedró

Los dos objetivos básicos de la reforma presentada el pasado mes de diciembre por el Gobierno británico consisten en reforzar el liderazgo escolar y en ofrecer incentivos para la excelencia docente. La propuesta de reforma incluía, entre las principales medidas anunciadas ya entonces, un nuevo sistema salarial destinado a recompensar a los buenos docentes. La idea inicial era que los maestros que mostraran un logro acreditado vieran incrementado su salario alrededor de 2.000 libras esterlinas por año (medio millón de pesetas).

El Gobierno anunció también su intención de invertir 19 millardos de libras esterlinas (5 billones de pesetas, aproximadamente) a lo largo de un período de tres años para conseguir mejorar el aprendizaje de la lectura, reducir el tamaño de las clases de Educación Preescolar, aumentar el número de centros especializados y desarrollar zonas de acción especial en educación. Lógicamente, semejantes inversiones necesitaban, al decir del Gobierno, una nueva estructura salarial para los docentes que recompensara la buena práctica y el rendimiento excepcional.

La actual propuesta de reforma del estatuto docente tiene cuatro objetivos principales: recompensar a los buenos profesores, reforzar el liderazgo docente, mejorar la formación del profesorado y, por último, ofrecer un mejor apoyo para los docentes en el aula. El primero de los objetivos es el que, de hecho, ha traído la polémica. Se trata de crear una nueva estructura de carrera profesional para los docentes que permita reclutar, mantener y recompensar a los buenos profesionales. Debe permitir identificar el mayor rendimiento, allí donde se da, ofrecer incentivos para el éxito y estar enteramente vinculado a mecanismos de valoración externa. Conviene recordar que el sueldo habitual de un docente con unos siete años de ejercicio ronda las 22.000 libras esterlinas (alrededor de 5 millones de pesetas); a partir de aquí los incrementos se obtienen sólo si se asumen nuevas responsabilidades directivas y difícilmente en función del éxito profesional acreditado. La propuesta del Gobierno es establecer dos escalas salariales para los docentes separadas por un umbral de rendimiento, más allá del cual el sueldo podría llegar a alcanzar hasta 35.000 libras esterlinas (alrededor de 8 millones de pesetas).

Por debajo del umbral de rendimiento, la escala salarial se mantendría tal como es hoy. Pero para cruzar éste el umbral, los docentes necesitarán demostrar niveles elevados y mantenidos en el tiempo tanto de compromiso con su profesión como de logros educativos acreditados. El proceso de acreditación de estos logros será llevado a cabo fundamentalmente por los directores de centro, con el apoyo de un sistema externo de evaluación con el objetivo de garantizar la credibilidad y la consistencia del sistema. Cada docente será evaluado a partir de tres objetivos prefijados al principio del curso académico, incluyendo necesariamente objetivos de rendimiento académico de los alumnos. Una vez superado el umbral el sueldo inicial se incrementaría automáticamente alrededor del 10% y se abrirían las puertas a incrementos adicionales igualmente significativos pero basados nuevamente en la valoración del rendimiento conseguido.

Gestión más autónoma

El segundo objetivo, relacionado con el liderazgo escolar, pretende favorecer una gestión más autónoma de los directores de centros, en el marco también de una nueva estructura salarial. Así, los directores que ejerzan su liderazgo en centros con dificultades podrían aspirar a salarios de hasta 70.000 libras esterlinas por año (unos 16 millones de pesetas), en el marco de un sistema mejorado de evaluación y con un contrato por tiempo definido. El proyecto del Gobierno prevé también la creación de un centro nacional para el liderazgo escolar con el objetivo de reforzar la formación para la dirección a partir de las aportaciones tanto del mundo pedagógico como del mundo empresarial. Además, se intenta reforzar un liderazgo basado en el trabajo de equipo, razón por la cual se ofrecerán premios de rendimiento a las escuelas que acrediten la mejora constante de la calidad. Estos premios en metálico podrán ser repartidos entre todo el personal del centro docente, incluyendo también a los asistentes de aula y al personal no docente.

Siguiendo la línea que ya fue iniciada tiempo atrás con la creación de un currículum nacional para la formación inicial del profesorado y con el establecimiento del año de inducción -un primer año de ejercicio profesional tutorizado por un profesional con experiencia-, el Gobierno ha anunciado la introducción de exámenes nacionales para todos los estudiantes de centros de formación del profesorado en tres materias consideradas de valor estratégico: lengua, matemáticas y nuevas tecnologías. Estas materias serán también prioritarias para la formación permanente del profesorado. Por último, con el objetivo de atraer a los titulados mejor cualificados hacia la profesión docente se creará una vía rápida para promesas en la carrera docente con mayor celeridad, algo que ya sucede en otros sectores públicos en el Reino Unido.

El último objetivo prioritario intenta ofrecer un mejor apoyo a los docentes en el aula. Este objetivo aparece estrechamente vinculado al uso de nuevas tecnologías en el aula y a la contratación de asistentes especializados en el apoyo para el aprendizaje de lengua y matemáticas o para atender de forma más individualizada a los alumnos con necesidades educativas especiales. Las previsiones del Gobierno sitúan en 20.000 las nuevas contrataciones de asistentes docentes, con mejor formación y cualificaciones.

El secretario de Estado de Educación, David Blunkett, ha manifestado que los tres puntos esenciales de la propuesta gubernamental giran "alrededor de las nuevas tres erres: reclutamiento, retención y recompensa", en una clara alusión a las tres erres consideradas fundamentales en la enseñanza anglosajona (wRiting, Reading and Reckoning, es decir, escribir, leer y contar). En suma, el proyecto intenta ofrecer una mejor estructura salarial con la posibilidad de ingresos sustancialmente aumentados cada cambio de una mayor rendición de cuentas, de una mayor flexibilidad y de una mejora acreditada en los niveles académicos de los alumnos.

Aunque las propuestas iniciales presentadas en diciembre fueron bien acogidas por el sector docente, la reacción al anuncio de las medidas inmediatas para 1999 ha sido más bien crítica. Sobre todo por la fácil comparación con las medidas propuestas para otros sectores relevantes de la actividad pública. El incremento del 3,5% lineal propuesto para el sector docente contrasta en gran medida con el anunciado 12% para las enfermeras y el 9% para algunos directores de centros escolares de Primaria. Algunos dirigentes sindicales han recordado que incluso los parlamentarios van a recibir un incremento salarial en porcentaje mayor al que se ha anunciado a bombo y platillo para los docentes. Otros han vuelto a insistir en que la distancia que media entre las grandes declaraciones de principios y los subsiguientes libros blancos gubernamentales, por una parte, y la práctica política, por otra, parece demasiado cercana a la demagogia. A esto, el Gobierno responde que el conservadurismo es lo único que permite entender semejante oposición a un sistema salarial acorde con la importancia que la sociedad británica otorga al rendimiento de su sistema educativo y, en definitiva, de sus docentes. Y que éste debe ser el criterio principal para conseguir una mejor remuneración.

Propuestas inmediatas

La primera semana de febrero el Gobierno británico dio a conocer las medidas inmediatas y efectivas a partir del próximo mes de abril. En principio se propone un incremento lineal por encima de la inflación prevista: 3,5% tanto para los docentes como para los directores. A partir de septiembre se añadirá un 3% adicional para los directores de centros de Enseñanza Primaria y un 1,5% para los directores de centros de Enseñanza Secundaria.

Por otra parte, el Gobierno ha destinado 60 millones de libras esterlinas este año (unos 14 millardos de pesetas) para recompensar a los equipos docentes con éxito. Se espera que este premio al rendimiento académico alcance entre un tercio y una cuarta parte de las escuelas públicas durante este primer año. Se han previsto, en la práctica, tres tipos de premios: el premio a la excelencia, basándose en los resultados obtenidos por los alumnos en las reválidas oficiales, el premio a la mejora, a partir del reconocimiento a la mejora de la calidad de forma mantenida a lo largo de un período de tres años y, finalmente, premios específicos para los centros de educación especial. El Gobierno todavía no ha hecho público si permitirá que los directores repartan el premio según su propio criterio o si forzará a una repartición equitativa entre todo el personal.

Esta información ha sido elaborada con la
colaboración del grupo de investigación en política educativa de la Universidad Pompeu i Fabra

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