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Madrid. Alfonso Pezuela
No sabemos si existe vida
fuera de este planeta, en el universo, y nos gustaría averiguarlo",
ha declarado en Madrid el administrador general de la agencia espacial
estadounidense (NASA), Daniel Goldin. El principal responsable de la NASA
se había trasladado a la capital de España para tomar parte
en el acto de presentación del proyecto del Centro de Astrobiología,
cuyo edificio se levantará en las instalaciones que tiene el Instituto
Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) de Torrejón de Ardoz,
localidad de la provincia de Madrid.
El nuevo centro colaborará con la NASA y será el
primero de estas características que existe fuera de los EEUU.
En principio, el principal objetivo del CAB será la búsqueda
de vida, bien inteligente, bien en sus formas más elementales-,
fuera del planeta Tierra y dentro del Sistema Solar. Pero este tipo de
investigación tiene numerosas implicaciones y utilidades para otras
áreas de la ciencia, así como para el desarrollo de nuevas
técnologías.
Según su director, el físico teórico Juan Pérez
Mercader, en los ocho grandes laboratorios que albergará el CAB
trabajarán hasta 80 científicos. Estos mantendrán
un contacto permanente con sus colegas del Instituto de Astrobiología
de la NASA, con base en el Centro de Investigaciones de Ames, situado
en Moffet Field (California).
Sistema solar
Los trabajos de investigación se centrarán,
además de en la búsqueda de vida en el sistema solar, en
el estudio del origen y de la evolución de la vida, la formación
de galaxias y planetas, el desarrollo de robots para explorar los confines
del universo, y una serie de proyectos que permitirán colaborar
en las misiones de la NASA.
El responsable de la agencia espacial estadounidense subrayó cómo
España ha participado en la exploración del espacio.
Para dar un ejemplo de esto último, recordó como ese mismo
día, la estación de seguimiento y control de misiones espaciales
de Robledo de Chavela, en la provincia de Madrid y una de las tres existentes
en la Tierra, estaba atenta al lanzamiento de la sonda espacial Stardust,
con la que se quiere llegar a explorar por primera vez un cometa.
Durante su estancia en España, Daniel Goldin, el décimo
administrador general y máximo responsable de la NASA, se entrevistó
con el ministro de Defensa, Eduardo Serra, de Industria y Energía,
Josep Piqué, y de Educación y Cultura, Mariano Rajoy.
Según el secretario de Defensa, Pedro Morenés, se cuenta
con 1.050 millones de pesetas para la construcción y puesta en
marcha inicial del CAB y se prevé que esté listo para el
año que viene. La NASA no hará ninguna aportación
económica. Su aportación, precisó Morenés,
consistirá en el "impulso inicial y la interacción".
No sólo una de las tres estaciones de seguimiento y control de
misiones espaciales se encuentra en España: la participación
española en la exploración, conocimiento y conquista del
espacio, es muy amplia. Limitándonos al Ministerio de Educación
y Cultura, este colabora habitualmente, a través del Consejo Superior
de Investigaciones Científicas (CSIC), en las misiones de la NASA.
Proyectos e iniciativas
En estos momentos, y junto a la creacción del
CAB por el CSIC y el INTA (Instituto Nacional de Técnica Aeronáutica)
se han llevado a cabo la siguientes iniciativas y proyectos de investigación:
Científicos del CSIC del Centro Andaluz de Ciencias de la Tierra,
en Granada, participaron con éxito en la última misión
de la NASA, realizada a finales de 1998. Uno de sus tripulantes fue el
español Pedro Duque. El experimento español estudiaba el
crecimiento y la cristalización de proteínas.
La NASA también incluyó en su misión espacial Neurolab,
en abril de 1998, proyectos para estudiar los efectos de la microgravedad
en el desarrollo del cerebro, realizados por dos investigadores por dos
investigadores del Instituto Cajal, del CSIC.
Igualmente, el Instituto de Astrofísica de Andalucia (IAA), del
CSIC, ha participado y participa con la NASA en otros proyectos científicos
y colabora en el desarrollo de distintos instrumentos científicos
de precisión.
Entre ellos se encuentra el instrumento ATMOS (Atmosferic Trace Molecular
Spectroscopy), lanzado en las misiones Atlas 1, Atlas 2 y Atlas 3, del
Space Shuttle, para medir la concentración de CO2 y CO en la alta
atmósfera.
Igualmente, el experimento Atmosfheric Structure Investigación,
que midió la densidad y temperatura de la atmósfera de Marte
durante el descenso de la sonda Pathfinder. La colaboración del
equipo del CSIC consistió en la aportación de un nuevo modelo
radiativo para medir el perfil térmico de la atmósfera marciana
y contribuyó a los notables resultados de la misión.
Radiómetro infrarrojo
El IAA colabora actualmente en la misión TIMED
(Thermnosphere Ionosphere Meshofere Energetics and Dynamies, prevista
para el año 2000 y cuyo objetivo es estudiar en profundidad la
zona más desconocida de la atmósfera, a entre 60 y 120 kilómetros
de la superficie de la Tierra.
También colabora en estos momentos en el radiómetro infrarrojo
PMIRR. Este fue lanzado a bordo de la nave Mars Climate Orbiter, el pasado
mes de diciembre, para sondear durante un año marciano, 687, días
su atmósfera y medir temperaturas, cantidad de polvo en suspensión,
vapor de agua y nubes.
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De izquierda
a derecha: el administrador y máximo responsable de la NASA, Daniel
Goldin, el secretario de Defensa, Pedro Morenés, y el director
general del INTA, Emilio Varela Arroyo, en la presentatación del
proyecto de creación del Centro de Astrobiología español,
que colaborará con la NASA. (Foto EFE) |