Blanquear los dientes

Té, tabaco, café y vino tinto manchan la dentadura

La aparición de manchas en los dientes es uno de los problemas más molestos de cuantos ocurren en la arcada dentaria. Muchas veces, este oscurecimiento de la dentina se debe a simples hábitos como fumar o tomar té y café profusamente. En otras ocasiones, sin embargo, es consecuencia de haber recibido tratamiento con tetraciclinas durante la infancia o fruto de una enfermedad de base, pero todas tienen tratamiento eficaz.

 

   
  La limpieza regular de los dientes resulta muy importante, aunque no es el principal método para su blanqueo

Madrid. Juan Manuel Barberá

Aunque existen algunos hábitos de vida como fumar o tomar café que pueden manchar los dientes de forma externa o superficial, la decoloración ocurre por s causas fundamentales: una está relacionada con el envejecimiento natural de todo el organismo, lo que se traduce en un oscurecimiento de la dentina y el incremento en la saturación del color, y, otra, por la presencia de enfermedades que pueden deberse a alteraciones congénitas de las propias estructuras dentales, como la amelogénesis, o ser consecuencia de enfermedades que cursan con el oscurecimiento de los dientes como por ejemplo la porfiria, una enfermedad hepática. Asimismo, existen algunos medicamentos, como las tetraciclinas que también pueden propiciar este efecto. Estos antibióticos de amplio espectro que hace tiempo se utilizaron para tratar las amigdalitis de la infancia.

La dentina que hay bajo el esmalte captaba las moléculas de tetraciclina que tras exponerse a la luz hacía que los dientes se tornaran de colores amarillentos o azul grisáceo. El origen del color de los dientes no está en el esmalte sino en su capa profunda, la dentina. El diente está compuesto de tres partes fundamentales: esmalte, dentina y pulpa. El esmalte está compuesto de hidroxiapatita (un 95 % de su composición, materia orgánica (2 %) y agua (3 %). Si está completamente formado es raro que duela puesto que no tiene ni vasos sanguíneos ni nervios. Por otro lado, si se destruye no puede regenerarse. La dentina se encuentra bajo el esmalte y el cemento dental. Es el tejido que está en mayor proporción en el diente y constituído en un 70 % de hidroxipatita, en un 18 % de sustancia orgánica y un 12 % de agua. Al microscopio se observan en su estructura unos finos conductos que la atraviesan desde el límite con la pulpa hasta su unión con el esmalte, y se denominan túbulos dentinales. En su interior se localizan prolongaciones de una células llamadas adontoblastos, encargadas de formar la dentina y fibras cilíndricas del tejido conectivo. A través de estos túbulos recorren la dentina sustancias que la nutren, procedentes de los capilares sanguíneos de la pulpa.Finalmente, la pulpa es el tejido blando (no calcificado) del interior del diente. Tomando el simil de una naranja cuya envoltura fuera transparente el esmalte sería la cáscara y la dentina la piel interna que cubre la pulpa.

Grado de tinción

Desde luego, hay tinciones leves, moderadas y severas. Las de tipo leve suelen ser producidas por hábitos de vida como fumar, tomar vino tinto, café y, sobre todo, té. Del tabaco, el culpable de las tinciones es alquitrán; además el té mancha más que el café porque la teína es una molécula más pequeña que la cafeína y penetra más en el diente. Esto se une que al ser bebidas calientes producen cracks en el esmalte que facilitan la fijación de tinciones. Del vino, los responsables de las manchas son los taninos.

En todo caso, estos problemas pueden ser solventadas con una "limpieza bucal" en la consulta o utilizando los productos que se venden al público como dentríficos y geles que suelen ser poco abrasivos y no perjudican si se siguen los consejos del fabricante.

Cuando la tinción del diente es moderada o severa hay que acudir al dentista para que valore el tipo de coloración, las causas y el tratamiento más adecuado. En este caso se pueden hacer dos tipos de tratamiento : uno, se realiza en la consulta y consiste en aplicar peróxidos que con la ayuda de luz y calor penetran en la dentina blanqueándola. Este método funciona bajo el principio de liberación de oxígeno que rompe las moléculas de tinción bajo el diente.

El otro tratamiento se hace en casa. Hay que acudir a la consulta para que el dentista haga un primer blanqueamiento rápido -llamado "quick-start"-, tras lo cuál se entrega a la persona un kit que incluye unas cubetas a la medida de sus dientes -como un protector bucal de los que utilizan los boxeadores- y unas jeringuillas cargadas de peróxido de carbamida. Las fundas se cargan de peróxido y se llevan puestas un mínimo de cuatro horas al día. El gel hay que cambiarlo cada ocho horas y los dientes se blanquearán más rápido cuanto más tiempo se lleven las fundas. Eso sí, hay que tener precaución por si aparece sensibilidad al tomar bebidas frías o calientes, en cuyo caso una llamada al dentista servirá para reajustar el tratamiento.

También existen casos especiales en los que aprovechando un procedimiento de endodoncia, el dentista abre la cámara del diente y lo limpia desde dentro. Se denominan blanqueamientos ambulantes. Normalmente el método requiere ir varias veces a consulta (una vez a la semana durante tres semanas, aproximadamente) para comprobar que el tono del color es el requerido.

Cuando las decoloraciones son severas o muy severas, es necesario realizar recubrimientos parciales o totales del diente. Si son parciales, hay que adherir encima del diente lo que se llaman "carillas" -como una uña artificial-que pueden ser de composites o porcelana. Las del segundo material duran más , aunque también son mucho más caras. Las de composites, están hechas a base de resinas -un material poroso- que se oscurece con el paso del tiempo. Según los casos, puede ser necesario cambiarlas cada tres o cuatro años. Cuando el problema es muy severo hay que hacer recubrimientos totales, lo que se conoce como poner fundas, que en el momento actual son de porcelana.

Cuidar la boca

Aunque la limpieza bucal no influye sobre la coloración de los dientes, sin que son decisivas para su higiene. Por ejemplo, conviene saber que siempre hay que utilizar cepillos blandos -los duros deberían estar prohibidos, dicen algunos dentistas- y tener cuidado con la utilización de colutorios que contengan clorhexidina, puesto que pueden producir cambios superficiales en la coloración dentaria y acumulación de sarro supragingival. El cepillado debe hacerse por lo menos durante dos veces al día y sin dejar pasar más de 15 minutos entre la comida y el cepillado, y al menos durante tres minutos cada vez.. El cepillo debe cambiarse cada tres meses y el dentrífico mejor en pasta y que contenga flúor porque mejora la resistencia del diente y masajea suavemente las encías. Como se recoge en un documento sobre salud dental editado por el Consejo General de Colegios Farmacéuticos y que se van a distribuir por las farmacias, tampoco hay que olvidarse de ir al menos una vez al año al dentista para que revise nuestro estados dental o nos haga una limpieza de boca en caso de adultos.