El profesor González Montes en el aula-museo del colegio, en cuyo techo ha reproducido las pinturas de Altamira.
Un grupo de alumnos del colegio Pancho Cossio montando la maqueta de una iglesia gótica. (Fotos Esteban Nieto)
Medalla de la UNESCO a dos proyectos educativos de un colegio de Torrelavega

Francisco González Montes, jefe de Estudios del colegio público Pancho Cossío de Torrelavega, ha obtenido la Medalla Comenius de la UNESCO por dos proyectos elaborados conjuntamente con sus alumnos: "Altamira" y "Arcos". Por el primero de ellos, consistente en la reproducción de la Sala de Pinturas de Altamira y de un museo arqueológico en un aula, el citado profesor obtuvo el curso pasado el Premio Nacional de Innovación Educativa.

Santander. Armando Arconada

El premio fue dado a conocer durante la Conferencia Mundial de Educación celebrada en París. En ella, el Jurado de la Medalla Comenius valoró especialmente "el desarrollo de métodos de enseñanza multidisciplinarios y no tradicionales por medio de los proyectos "Altamira" y "Arcos". La UNESCO remitió a Francisco González Montes, profesor del colegio Pancho Cossío, un diploma firmado por el Director General, Federico Mayor Zaragoza, y por el Ministro de Educación de la República Checa, Eduard Zeman.

El proyecto Arcos, subvencionado con 400.000 pesetas por la Consejería de Educación del Gobierno de Cantabria, consistió en la reproducción de los arcos más representativos de la historia de la arquitectura en uno de los pasillos del centro. Como complemento a la instalación permanente de arcos y bóvedas en el colegio, este profesor de las asignaturas de Geografía e Historia, Práctica Visual y Tecnología, ideó y desarrolló junto a sus alumnos una colección de maquetas desmontables de los diferentes estilos arquitectónicos. Recopiladas sus piezas en unos maletines didácticos, su contenido se abre cuando reciben visitas de otros colegios, de forma que los alumnos, propios o foráneos, montan las piezas y transforman el aula de Tecnología en un auténtico museo escolar. En estos momentos trabajan en la creación y utilización de aplicaciones multimedia. Como señala el profesor González Montes, "del trabajo manual se deriva el aprendizaje escolar de contenidos significativos de historia y arquitectura".

Los seis bloques o estilos en los que se divide el proyecto "Arcos" abarcan un período de tiempo que comprende desde la Prehistoria hasta la llegada del Renacimiento. "Los contenidos están presentes, por lo tanto, en los conceptos, procedimientos y actitudes de la programación general, si bien con unas connotaciones propias: locales, por la presencia de monumentos asentados en Cantabria, y europeístas, porque las culturas clásicas, árabes, románicas y góticas son patrimonio de la humanidad", corrobora Francisco González.

Valorar el patrimonio

Precisamente el objetivo fundamental de este proyecto Altamira es que los alumnos conozcan, valoren y respeten el patrimonio artístico y natural. A lo largo de toda la escolaridad, los alumnos del colegio público Pancho Cossío pasarán una y otra vez bajo los arcos y bóvedas instalados en el techo de uno de los pasillos. De esta forma se familiarizarán con el dolmen, la bóveda semiesférica del Panteón, el arco ojival o la bóveda de crucería. En una de las paredes laterales cuelgan cuadros de monumentos de Cantabria; en la otra están representados el Partenón, la Mezquita de Córdoba, la Colegiata de Santillana del Mar o la Catedral de Burgos.

El proyecto "Arcos" comprende y desarrolla un centro de interés fundamentalmente histórico, pero en su desarrollo y experimentación ocupan un lugar prominente la tecnología y la plástica, de manera que los alumnos experimentan y comprenden algunos de los procedimientos arquitectónicos utilizados por el hombre a lo largo de los siglos, como son el tallado en piedra y madera, las yeserías, marqueterías y vidrieras.

Materiales de apoyo

Como complemento a la instalación de arcos y bóvedas han construido una serie de materiales de apoyo de aula, referentes a cada uno de los seis estilos arquitectónicos. Los materiales se guardan en unas cajas de madera que cuelgan en el aula del proyecto Arcos.

La caja didáctica que ilustra la bóveda de Altamira contiene todas las herramientas y materiales usados por el pintor rupestre: pirita y limonita, de donde obtenían los colorantes naturales rojo y ocre, carboncillos de una hoguera, mortero para machacar los minerales, lamparillas de barro para la iluminación, fragmento de un hueso de donde obtenían el tuétano combustible, raspadores de piedra para grabar, pieles y vegetales utilizados como herramientas para pintar, conchas marinas como recipientes... La caja, que es como el maletín de pintura del hombre prehistórico. Se cierra con una tapa de fibra de vidrio en el que puede reproducirse, tantas veces como sea necesario, el proceso de pintado de los animales de Altamira.

Otras maquetas permiten construir, pieza a pieza, un templo griego; además del arco de medio punto descubierto por los etruscos y utilizado por los romanos, una iglesia románica construida igualmente en polietileno o una catedral gótica con su bóveda de crucería.

Aunque el proyecto Arcos está especialmente programado para Educación Secundaria, el autor trabaja ahora en otros recursos o materiales de apoyo que puedan ser utilizados por los alumnos de Primaria. Se trata, por ejemplo, de un cuento que relata la amistad de un niño cántabro con otro romano, y las guerras que sobrevienen entre ambos pueblos. Otras ideas están en marcha: un álbum de cromos para que los niños coleccionen los principales monumentos de Cantabria y una colección de diapositivas.

Las pinturas de Altamira

Por último, Altamira es un proyecto interdisciplinar que mereció el curso pasado el Premio Nacional de Innovación Educativa y ahora el reconocimiento de la UNESCO, y cuya filosofía educativa es "aprender haciendo". Se trata en este caso de la habilitación en un local del colegio Pancho Cossío de un museo de prehistoria, que tiene como elemento fundamental la reproducción de la sala de pinturas de Altamira, reconstruida primero en paneles a escala y luego trasladados al techo en un laborioso trabajo que contó en todo momento con la colaboración de los alumnos. La disposición de útiles y pinturas alusivas, completan un aula que ha sido frecuentemente visitada por otros colegios de la región. El abundante material de apoyo es otro ejemplo más de la apasionada dedicación de Francisco González Montes a la enseñanza.


El profesor Francisco González Montes ha reproducido, con la ayuda de los alumnos, los arcos más típicos de la historia de la arquitectura, y un museo de prehistoria con la bóveda de Altamira